Las presiones del Ejecutivo Zapatero sobre las empresas privatizadas no dan respiro. El miércoles 24 se celebra Consejo de Administración de Telefónica. Así, el PSOE presiona a César Alierta para que nombre a los ministros Carlos Solchaga y Claudio Aranzadi como consejeros de la operadora. Pero el premio gordo no es ese: con lo que sueñan los socialistas es con un Luis Lada consejero delegado de la compañía.

Las quinielas ya han empezado a correr en la casa, donde se insiste en que Julio Linares, el hombre de la telefonía fija, se jubilará y que dos personajes pasarían a ser la clave del negocio : Javier Aguilera en fijo y Álvarez-Pallete en móvil.

Alierta, en el entretanto, insiste: basta que las noticias salgan en prensa para que él no haga caso. Y La Caixa, en este caso, le apoya.

Y la postura de Alierta no deja de tener toda la lógica. El comunicado emitido por la compañía cuando el cese del anterior consejero delegado Fernando Abril-Martorell especificaba que la razón era que dicha figura no tenía cabida en el organigrama de Telefónica: ¿Cómo se justificaría ahora, al menos por razones gerenciales, el cambio del cambio? Por cierto, Julio Linares no ha pedido marcharse.