Esta táctica fue prohibida por el Banco de España, que exige la aceptación expresa del interesado

Recuerdo vagamente que hace unos meses recibí una tarjeta de crédito (al menos eso dice Citibank, aunque bien podía ser de débito) en mi domicilio sin comerlo ni beberlo. No le di la mayor importancia, dado que mis operaciones bancarias las gestiono a través de otras entidades y la nueva tarjeta me traía al fresco. Después llegó información promocional, anunciando las bondades del producto. Naturalmente, hice caso omiso. Como es natural no firmé ni un solo papel, no activé el susodicho plástico y destruí toda la información accesoria que me molestaba. Y hete aquí, que este martes, en una de mis cuentas figura el cargo por pago mensual de tarjeta por un importe de 15,11 euros.

Lo más jocoso sobre comisiones bancarias ocurrió años atrás cuando varias entidades solicitaron al Banco de España poder cobrar comisión por información verbalizada, que significa eso que ustedes mismo están sospechando: cobrarle a un cliente por las preguntas realizadas en su propia sucursal.
José Luis Panero

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