• Pero la Bolsa de Madrid se dispara.
  • Es Barack Obama quien está trabajando para los rentistas de Wall Street y los republicanos quienes trabajan para el conjunto de los ciudadanos, los ricos y los pobres.
  • En conclusión, si el acuerdo final va a consistir en una solución a lo Mariano Rajoy –más carga fiscal- ganarán las bolsas y perderemos todos.
  • No es el famoso abismo quien destruye Europa sino el déficit fiscal norteamericano, que es lo que los jóvenes líderes republicanos quieren cortar de raíz.
  • Los europeos deberíamos aplaudir a la oposición republicana, por la cuenta que nos trae.

"El mundo entero bordeó el abismo", asegura un diario digital. "Los republicanos hacen sufrir a Obama", llora un diario español progre... de derechas de toda la vida. Las televisiones, mucho más comprensivas, aplauden a Obama porque, con su subida de impuestos a los ricos, ha conseguido que las bolsas remonten. Y en efecto, la Bolsa española, por ejemplo, subió tras conocerse la noticia de que había un mini-acuerdo entre republicanos y demócratas y, sobre todo, tras la subida impositiva decretada por la Casa Blanca.

La verdad es que cuando medios tan dignos, personas cualificadas para explicar al público en general que es lo que ocurre en el mundo y por qué ocurre, sueltan tantos sinsentidos y nadie los discute es que algo grave está pasando.

Nadie ha estado al borde del abismo fiscal salvo los especuladores. Y esto, sea lo que sea lo que se pretende significar con esa locución. Es más: si el acuerdo presupuestario entre republicanos y demócratas acaba por cuajar, el mundo puede acercarse o alejarse al puñetero abismo... dependiendo de cuales sean las bases de ese acuerdo.

Para entendernos: de lo que estamos hablando cuando nos referimos al desacuerdo entre los dos grandes partidos es esto: Obama quiere subir los impuestos mientras que los republicanos quieren reducir el gasto público. Los demócratas (los buenos, según el Nuevo Orden Mundial (NOM), no por su política económica sino por su ideología relativista) pretenden que el Gobierno -personificación del Estado- tenga más dinero y más poder y la sociedad tenga menos. Salvo los ricos, que son los que obtienen más ganancias de los mercados financieros. Por el contrario, los republicanos quieren que la sociedad tenga más dinero y el Gobierno tenga menos. Y así, son los progres demócratas los que están trabajando para los rentistas ricos –los que les sobra le dinero para invertir en Wall Street- y los republicanos conservadores –a veces llamados ultras- quienes no quieren impuestos, porque consideran, con razón, que todo impuesto atenta contra la propiedad privada. Obama trabaja para los mercados, los republicanos para los ciudadanos; Obama trabaja para los políticos y los rentistas, los republicanos para las familias y las empresas.

En conclusión, si el acuerdo final va a consistir en una solución a lo Mariano Rajoy –más carga fiscal- ganarán las bolsas y perderemos todos.

Y luego está la consecuencia real del abismo o no abismo estadounidenses sobre Europa y el resto de Occidente.

Todo el aluvión de críticas a los ultras republicanos es fruto del consenso progresista, es decir, regresivo, que asola el mundo. Hasta ahora Estados Unidos ha sorteado la crisis emitiendo dinero, dinero postizo, y creando un gigantesco déficit fiscal. Eso si que nos hace daño a todos. Eso sí que es una globalización de signo imperialista.

Los europeos deberíamos aplaudir a la oposición republicanos, por la cuenta que nos trae. Además, el NOM -en Estados Unidos, las grandes fortunas y los intermediarios bursátiles, apoyados por el aparato demócrata- ha lanzado una campaña contra los Paul Ryan, Marco Rubio (que ha votado en contra del acuerdo), Rick Santorum, etc, intentando catalogarles como ultras. Y lo son: defienden sin complejos la vida humana desde la concepción hasta la muerte natural, las libertades individuales, también la libertad de los cristianos, y la propiedad privada, garantía básica de todas las libertades públicas. Eso, y no el abismo fiscal, es lo que le molesta al NOM de ellos. No pueden permitir que lleguen a la Casa Blanca.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com