El problema sigue siendo el mismo: los rusos sí quieren pero no al precio que pide Sacyr. Aclaración: Sebastián no quiere a los rusos y apoya la reconversión de la deuda. El problema es que Del Rivero ha dejado de interesarle la petrolera. Eso sí, ZP en la inopia, por lo que la pregunta sigue siendo: ¿Ha pactado con Dmitri Medvédev la entrega de Repsol a Lukoil? Todo se queda para después de las elecciones europeas

Como las fincas en Extremadura, las relaciones entre el presidente de Sacyr, Luis del Rivero y el de Repsol, Antonio Brufau, son manifiestamente mejorables. La ya famosa afirmación de Brufau de que Lukoil era historia, no ha gustado en la sede de la constructora, donde Del Rivero, envalentonado por la visita del presidente ruso Dmitri Medvédev le ha respondido que a lo mejor un día le dan un susto y se encuentra con los rusos dentro... y con La Caixa y Caixa Catalunya dispuestas a vender su 10%.

Del Rivero juega aquí con la gran incógnita: con un presidente del Gobierno que vive en la inopia, y que parece haber perpetrado ante el presidente ruso la metedura de pata que ya cometiera ante los franceses con EDF (¡que viva la cooperación empresarial!). Cualquier cosa es posible. El ministro de Energía, Miguel Sebastián, no quiere saber nada de los rusos e incluso ha terciado para facilitar la reconversión de la deuda de Sacyr con los bancos con lo que tras la venta de Itínere se supone que Sacyr no tendría problemas. Al menos hasta que, a la vuelta de tres años, tenga que amortizar el capital.

Ahora bien, el problema no es ése. El problema es que Del Rivero ha perdido su interés por la petrolera, donde ya sabe que, salvo cambio de dueño, sus oportunidades de mando son nulas. El que manda es Brufau. De ahí que considere abierta la puerta rusa.

Eso sí, Del Rivero es muy consciente de que corre un riesgo. Si los rusos dan por otorgado -con un presidente como Zapatero todo es posible- que tienen el 'placet' político, comprarán repsoles en el mercado, a mitad de precio que exige Sacyr, que son 27 euros por acción (29 si continúa pasando el tiempo). Por tanto, debe andarse con cuidado. Y si acepta vender más barato de 27 euros, se producirá minusvalía, como con Repsol. Y, en cualquier caso, reconvertir la deuda sólo supone postergar la cita con la amortización del capital.

Pero hay algo más, lo que podríamos llamar el factor humano: a Luis del Rivero ha dejado de gustarle su joya de la corona. Entró en Repsol pensando que su conversión en el primer accionista le otorgaba una cuota de poder que luego no se ha cumplido. Ahora sabe que a Brufau se le puede cesar, pero no recortar competencias. Esta es la cuestión.

Eulogio López

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