Pero Alemania no quiere eurobonos y Draghi (BCE) no quiere comprar deudaEste miércoles hay reunión en Bruselas de los líderes de la UE para hablar de lo de siempre, de dinero. Y esta vez hay una novedad: va a ser la primera ocasión en que el nuevo presidente de Francia, François Hollande, acuda a una cita de este estilo. Y el asunto no es baladí, por cuanto Hollande acaba de ganar las elecciones en Francia con la promesa de incorporar políticas expansivas, o sea, de crecimiento en la UE, flexibilizando así la rigidez fiscal impuesta hasta ahora por Alemania en connvivencia con el anterior presidente francés, Sarkozy (que ya ha pasado a la historia, con lo que le gustaba chupar cámara).
Así que el tema estrella será explorar vías con las que relanzar el crecimiento económico, o sea, reactivar la economía. En ese sentido, se prevé que el francés proponga, por ejemplo, la creación de eurobonos, de los que Alemania no quiere oír hablar ni en pintura. En esa iniciativa, Hollande contaría con el apoyo de Italia y España; frente a los apoyos a los alemanes como los de Holanda, Austria y Finlandia.
Pero la canciller alemana, Angela Merkel, no quiere ceder sobre este asunto. Según un alto funcionario del Gobierno alemán: "El debate sobre los eurobonos no es nuevo y nuestra posición es conocida: no consideramos que sea una herramienta adecuada para enfrentar la crisis". Por el contrario, Berlín es partidario de mantener la estrategia de consolidación presupuestaria, ratificación del pacto fiscal y reformas estructurales y los mecanismos de estabilización financiera. ¿Por qué? Porque, en el fondo, los eurobonos no le interesan pues el bono alemán perdería valor si se mezcla con otros...
Por su parte, el presidente español, Mariano Rajoy, va a hacer oír su voz -lo que no está mal, puesto que la de Zapatero no sabían cómo era- y va a proponer que el Banco Central Europeo (BCE) intervenga en el mercado con el fin de reducir los costes de financiación de España y otros países como Italia: vamos, para que el BCE compre deuda y así baje la prima de riesgo (la de España hoy se mantenía en los insostenibles 470 puntos, una pasta gansa).
Y, según algunas informaciones, Rajoy contará con el apoyo de algunos líderes de la UE... Veremos, veremos. Por lo pronto, el presidente italiano, Mario Monti, debería apoyarle porque a su país también le beneficiaría. Pero el señor Monti es un tanto especial, como sabemos todos.
Como señala la prensa, el presidente del BCE, Mario Draghi, debería ser receptivo a esta demanda, ya que su condición intervenir en el mercado era que los países con problemas pusieran en marcha los ajustes y reformas prometidos. Cosa que están haciendo tanto España como Italia. Recordemos que el BCE suspendió su programa de compra de deuda de los países con problemas hace diez semanas. Pero Draghi es otro señor muy especialito.
Por no hablar de los griegos. En las últimas horas, voces helenas no descartan que su país salga del euro. Por ejemplo, Lukas Papademos, ex primer ministro de Grecia, que cree que aunque "el escenario es difícil que se materialice y no es deseable para Grecia o para otros países, no se puede excluir que se estén haciendo preparativos para las potenciales consecuencias de la salida de Grecia del euro", lo que, en su opinión esto sería catastrófico.
Lo mismo piensa el primer ministro francés, Jean-Marc Ayrault, para quien una hipotética salida de Grecia del euro tendría efectos "brutales y catastróficos" para ese país, y subrayó por esa razón que el asunto se debe abordar "con franqueza y sentido de la responsabilidad".
En ese sentido, los jefes de Estado y de Gobierno de los 27 avisarán en la cumbre a los ciudadanos griegos de que la "mejor garantía" para seguir con la eurozona tras las elecciones del 17 de junio es contar con un Gobierno con "suficiente mayoría parlamentaria" para continuar aplicando el plan de ajustes pactado con la UE. Pero los griegos de a pie parece que están hasta las narices de sus políticos.
Como se ve, temas de enjundia esta noche en Bruselas. Veremos mañana con qué sorpresa nos despertamos.
José Ángel Gutiérrez
joseangel@hispanidad.com
Así que el tema estrella será explorar vías con las que relanzar el crecimiento económico, o sea, reactivar la economía. En ese sentido, se prevé que el francés proponga, por ejemplo, la creación de eurobonos, de los que Alemania no quiere oír hablar ni en pintura. En esa iniciativa, Hollande contaría con el apoyo de Italia y España; frente a los apoyos a los alemanes como los de Holanda, Austria y Finlandia.
Pero la canciller alemana, Angela Merkel, no quiere ceder sobre este asunto. Según un alto funcionario del Gobierno alemán: "El debate sobre los eurobonos no es nuevo y nuestra posición es conocida: no consideramos que sea una herramienta adecuada para enfrentar la crisis". Por el contrario, Berlín es partidario de mantener la estrategia de consolidación presupuestaria, ratificación del pacto fiscal y reformas estructurales y los mecanismos de estabilización financiera. ¿Por qué? Porque, en el fondo, los eurobonos no le interesan pues el bono alemán perdería valor si se mezcla con otros...
Por su parte, el presidente español, Mariano Rajoy, va a hacer oír su voz -lo que no está mal, puesto que la de Zapatero no sabían cómo era- y va a proponer que el Banco Central Europeo (BCE) intervenga en el mercado con el fin de reducir los costes de financiación de España y otros países como Italia: vamos, para que el BCE compre deuda y así baje la prima de riesgo (la de España hoy se mantenía en los insostenibles 470 puntos, una pasta gansa).
Y, según algunas informaciones, Rajoy contará con el apoyo de algunos líderes de la UE... Veremos, veremos. Por lo pronto, el presidente italiano, Mario Monti, debería apoyarle porque a su país también le beneficiaría. Pero el señor Monti es un tanto especial, como sabemos todos.
Como señala la prensa, el presidente del BCE, Mario Draghi, debería ser receptivo a esta demanda, ya que su condición intervenir en el mercado era que los países con problemas pusieran en marcha los ajustes y reformas prometidos. Cosa que están haciendo tanto España como Italia. Recordemos que el BCE suspendió su programa de compra de deuda de los países con problemas hace diez semanas. Pero Draghi es otro señor muy especialito.
Por no hablar de los griegos. En las últimas horas, voces helenas no descartan que su país salga del euro. Por ejemplo, Lukas Papademos, ex primer ministro de Grecia, que cree que aunque "el escenario es difícil que se materialice y no es deseable para Grecia o para otros países, no se puede excluir que se estén haciendo preparativos para las potenciales consecuencias de la salida de Grecia del euro", lo que, en su opinión esto sería catastrófico.
Lo mismo piensa el primer ministro francés, Jean-Marc Ayrault, para quien una hipotética salida de Grecia del euro tendría efectos "brutales y catastróficos" para ese país, y subrayó por esa razón que el asunto se debe abordar "con franqueza y sentido de la responsabilidad".
En ese sentido, los jefes de Estado y de Gobierno de los 27 avisarán en la cumbre a los ciudadanos griegos de que la "mejor garantía" para seguir con la eurozona tras las elecciones del 17 de junio es contar con un Gobierno con "suficiente mayoría parlamentaria" para continuar aplicando el plan de ajustes pactado con la UE. Pero los griegos de a pie parece que están hasta las narices de sus políticos.
Como se ve, temas de enjundia esta noche en Bruselas. Veremos mañana con qué sorpresa nos despertamos.
José Ángel Gutiérrez
joseangel@hispanidad.com
