Sr. Director:
Este miércoles de ceniza, un día de trabajo, a las 12 de la mañana, tiempo fresco pero soleado que apetecía estar dando un paseo por Málaga, he asistido a misa para la imposición de las cenizas, en la Parroquia de San Juan Bautista.

 

Pensé que por ser el día que era habría más gente de las que acudimos a diario. Pero cuál ha sido mi sorpresa que el templo estaba completamente lleno -los que conocen esta Iglesia saben que es bastante amplia-. Había bastante gente mayor -lógico por la hora- es de suponer que los más jóvenes están en sus trabajos o estudios, pero aún así he podido ver a muchas madres jóvenes con niños en sus brazos a los que también el sacerdote les imponía la ceniza y mucha juventud también que iban con sus carpetas de trabajo y han hecho un hueco para asistir a esta práctica de piedad.

¡Pensaba yo! ¿Dicen que la juventud cada vez va menos a misa? Pues no, he salido convencida de que cada día se busca más a Dios. El sacerdote dijo unas breves palabras en la homilía referidas al mensaje que el Santo Padre Benedicto XVI, ha hecho público para esta Cuaresma 2012, bajo el título "Fijémonos los unos en los otros para estímulo de la caridad y las buenas obras".

Palabras que encajan como anillo al dedo en estos tiempos de crisis: fijarse, observar y estar atentos a la realidad que nos rodea, y asumir nuestra responsabilidad con el hermano que sufre.

Este "fijarse" en el que sufre y padece necesidad exige un despertar interior, otro detalle que he apreciado cuando han pasado la canastilla, y es que a los asistentes no les ha pasado desapercibidas las palabras del Papa ya que ésta iba con una cantidad de billetes de 20, 10 y 5 euros, lo que normalmente no es costumbre.

Sostenernos en la caridad y en la buenas obras es el verdadero modo de vivir y una forma de combatir la crisis en la que estamos inmersos.

¡Y, es que obras son amores y no buenas razones!

Elena Baeza