El veterano director iraní Abbas Kiarostami sitúa, en la bellísima Toscana italiana, una historia de amor desgarrada. Un relato, por cierto, que recuerda demasiado al gran drama de Rossellini: Te querré siempre (protagonizado por Ingrid Bergman y George Sanders), aunque Kiarostami haya afirmado que era autobiográfico. Pero quizás ahí radique el juego: en realizar una copia certificada de algo que ya conocíamos.
Dos desconocidos, un hombre y una mujer, un escritor inglés y una galerista francesa, se conocen circunstancialmente en la Toscana Italiana cuando él pronuncia una conferencia sobre un libro suyo alrededor del valor de las copias certificadas. Sin pretenderlo viven una singular relación durante una jornada en la que juegan y fantasean simulando ser una pareja que lleva 15 años de matrimonio
Copia certificada es una fatalista fábula sobre la fragilidad del amor conyugal y la dificultad de su permanencia, sobre la eterna incomprensión entre hombres y mujeres. Todo esto narrado en una película tremendamente discursiva, algo pretenciosa y excesivamente larga. Y eso que nada puede achacarse al magnífico trabajo de sus protagonistas: la actriz gala Juliette Binoche (que consiguió por esta interpretación el premio a la mejor actriz en el pasado Festival de Cannes), acompañada por William Shimell, un conocido barítono británico que debuta en la pantalla grande con este drama amargo.
Para: Los cinéfilos que no les importe revisitar clásicos que copian dramas neorrealistas