Lo que ha cambiado es que el 6 de junio ETA decidió romper la tregua, y con ello, el sueño político al que ZP fiaba la victoria electoral futura: pasará a la historia como el pacificador de Euskadi al precio que fuera. El diario proetarra Gara le está sacando ahora los colores explicando lo que el presidente del Gobierno había cedido en el proyecto, referéndum de autodeterminación incluido, frene a los terroristas, con tal de obtener la medalla pacificadora. En definitiva, ZP acarició la víbora y la víbora le ha mordido la mano. Ahora, su futuro político depende de aparecer como un tipo aún más duro que la derecha pepera con los crecidos independentistas vascos, tanto con los violentos como con los pacíficos.
Naturalmente, la detención de 22 líderes batasunos nada tiene que ver con el viraje brusco de ZP. No será el abajo firmante quien atribuya a la justicia, especialmente a determinados jueces, una intencionalidad política. Sólo digo que, contra lo que yo creía, la casualidad existe, y entonces resulta que es ahora, justamente ahora, cuando un juez se ha dado cuenta de las pérfidas actividades conspiratorias de los líderes batasunos mientras que, por ejemplo, no había reparado en ello el 5 de junio.
Lo que ocurre es que estamos aplicando el Estado de derecho, y muy especialmente los derechos del Estado, usufructuados por el Gobierno.
Bienvenida sean las detenciones, porque es de justicia. Lo otro, la coincidencia, la causalidad… sólo es lamentable sospecha de gente soez y de baja ralea, como el abajo firmante. Lo otro sería atentar contra la independencia de los jueces, especialmente de algunos jueces, y esa probabilidad, como ustedes comprenderán, resulta inaceptable hasta como mera hipótesis de trabajo.
Otrosí, lo que demuestra las detenciones de batasunos es que no vivimos en la era de las conspiraciones, sino en el de los consensos. Hoy, para controlar a una sociedad y reducir la libertad sólo hay lanzar ideas-fuerza, y una vez que se ha conseguido instalar las ideas y conceptos políticamente correctos, no hace falta presionar al juez para que haga nada: lo hará él con mucho gusto.
En cualquier caso, en este caso, las detenciones son pertinentes.
Eulogio López
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