Los sindicatos andan preocupados por una práctica habitual en las compañías aéreas de bajo coste Ryanair, Easyjet y Virgin. La precariedad en estas compañías es enorme, pero lo peor es que están aprovechando la falta de armonización de la legislación laboral europea en perjuicio del trabajador. Por ejemplo, un trabajador está contratado en un país de la UE y trabaja en otro. El procedimiento es legal (de hecho, la libre contratación de trabajadores es uno de los principios del mercado común europeo), pero las diferencias laborales en el seno de ese mercado continúan siendo enormes.
Por otra parte, el sindicato de pilotos alemán Cockpit relata en un informe al que ha tenido acceso Hispanidad que las aerolíneas de bajo coste se enorgullecen de su oposición a la sindicación de trabajadores. Para este sindicato, estas aerolíneas no respetan la vida familiar del trabajador ni la seguridad laboral (especialmente en lo referente a los excesivos horarios de los pilotos) y no invierten en formación.