Sin embargo, ningún participante en la Cumbre plantea la lucha contra el origen del problema: la especulación en los mercados financieros. Los siete países más poderosos del mundo también se apuntan al ‘catastrofismo'. Entre los líderes mundiales, sólo ZP sigue afirmando que no hay crisis
Mucho peor ambiente que en la última reunión de octubre. En Tokio, los responsables de Economía de los siete países más poderosos del mundo (Estados Unidos, Japón, Alemania, Reino Unido, Francia, Canadá e Italia) han dicho que esta crisis va a durar: hispanidad.com/noticia_ep.aspx?ID=20080209140101.
Contrasta este mensaje con la idea que vende el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, para el que cualquier alusión a una crisis económica no es más que catastrofismo interesado de la derecha.
Sin embargo, la reunión de Tokio no es como para tirar cohetes. Todos están de acuerdo en el diagnóstico, por no en la terapia. Todos están de acuerdo en que el catalizador de la crisis no han sido las hipotecas basuras, sino la burbuja especulativa montada sobre las ‘subprime', así como la especulación con acciones de los fondos de alto riesgo, los productos financieros estructurados, el apalancamiento ultra-excesivo en el que se han movido los fondos de capital riesgo, las compras de acciones a crédito de los fondos de alto riesgo y otros caras del mismo concepto de especulación financiera.
Y los rectores de la vida económica saben que en un mundo regido por la libre circulación de capitales sólo desde el poder político –en concreto con el arma fiscal-, puede ponerse coto a la especulación. La distinción tributaria entre mercado primario de apoyo a la economía real y mercado secundario o especulativo no ha sido objeto de estudio en Tokio, quizás por la imbricación y los intereses comunes entre los grandes operadores de mercado y la clase política, especialmente la que rige la vida económica en Occidente.
Otra oportunidad perdida.