La Iglesia Católica sigue trabajando en verano por los más necesitadosEn verano, Cáritas -la acción sociocaritativa de la Iglesia Católica- sigue trabajando por los más necesitados. Recordemos que, por ejemplo, Cáritas pasó de atender 370.251 personas en 2007 a 1.001.761 en 2011.
Y lo hace "desde la humildad que nos inspira el evangelio que, como propia Iglesia, es la fuente de nuestro espíritu". "Este mes de agosto los que trabajamos en Cáritas, sabemos que la pobreza no se va de vacaciones, que hay muchas personas en situaciones muy difíciles pero nos sentimos, si cabe, más privilegiados, no solo no estamos solos, sino que en nuestro país crece 'la solidaridad de a pié' en cualquier forma y aunque todo sea poco, es un buen signo de esperanza…", apuntan.
Por eso, Cáritas agradece la compañía de todas las personas para las que trabaja, "para las que sus necesidades crecientes no están de vacaciones pero tampoco su espíritu de lucha, de superación, de confianza en nosotros y en que esta sociedad aprovechará, si es que las hay, las oportunidades de cambio que esta crisis que estamos viviendo nos brinda para que, cambiemos el modelo, construyamos esa sociedad tan esperada y tan urgente donde todos tengamos cabida, los primeros, los que estamos dejando en el camino".
Muchos compañeros de Cáritas Española y de muchas otras Cáritas del mundo siguen trabajando de manera silenciosa y siguen apoyando realidades sangrantes: las Cáritas del Sahel siguen mirando al cielo para ver si este verano les regala unas lluvias copiosas que les den alimento para todo el año, rezan por una paz ansiada que frene el éxodo a otros países y les lleve a perder su juventud que tantas esperanzas les ha dado. Así como las Cáritas del cuerno de África, Congo, Sudan…y tantas Cáritas africanas que día a día siguen luchando por un futuro, por una vida digna.
En Asia, las Cáritas siguen trabajando en la prevención para que las condiciones climatológicas adversas de todos los veranos no les obliguen a vivir inundaciones inmensas, casas destruidas y vidas rotas… Y en otros muchos países de Hispanoamérica siguen apoyando ese fortalecimiento de una sociedad enfrascada en procesos comprometidos de las comunidades eclesiales locales que hacen crecer grandes proyectos para el continente.
Este mes de agosto, tampoco han cerrado por vacaciones los donantes, "las empresas que nos apoyan y nos dan su confianza con sus donativos, su tiempo, su profesionalidad y colaboran en conseguir que crezcamos no solo económicamente sino en alianzas, en fortalecimiento de nuestros servicios", afirma Cáritas.
Y como siempre "todo esto es posible gracias también al trabajo gratuito y desinteresado de muchos voluntarios que nos dan su vida, a los que confían en nosotros sus problemas, sus retos, sus situaciones, a los que tienen esperanza en que algo puede cambiar y podemos hacerlo juntos…", concluye la acción sociocaritativa de la Iglesia Católica.
José Ángel Gutiérrez
joseangel@hispanidad.com
Y lo hace "desde la humildad que nos inspira el evangelio que, como propia Iglesia, es la fuente de nuestro espíritu". "Este mes de agosto los que trabajamos en Cáritas, sabemos que la pobreza no se va de vacaciones, que hay muchas personas en situaciones muy difíciles pero nos sentimos, si cabe, más privilegiados, no solo no estamos solos, sino que en nuestro país crece 'la solidaridad de a pié' en cualquier forma y aunque todo sea poco, es un buen signo de esperanza…", apuntan.
Por eso, Cáritas agradece la compañía de todas las personas para las que trabaja, "para las que sus necesidades crecientes no están de vacaciones pero tampoco su espíritu de lucha, de superación, de confianza en nosotros y en que esta sociedad aprovechará, si es que las hay, las oportunidades de cambio que esta crisis que estamos viviendo nos brinda para que, cambiemos el modelo, construyamos esa sociedad tan esperada y tan urgente donde todos tengamos cabida, los primeros, los que estamos dejando en el camino".
Muchos compañeros de Cáritas Española y de muchas otras Cáritas del mundo siguen trabajando de manera silenciosa y siguen apoyando realidades sangrantes: las Cáritas del Sahel siguen mirando al cielo para ver si este verano les regala unas lluvias copiosas que les den alimento para todo el año, rezan por una paz ansiada que frene el éxodo a otros países y les lleve a perder su juventud que tantas esperanzas les ha dado. Así como las Cáritas del cuerno de África, Congo, Sudan…y tantas Cáritas africanas que día a día siguen luchando por un futuro, por una vida digna.
En Asia, las Cáritas siguen trabajando en la prevención para que las condiciones climatológicas adversas de todos los veranos no les obliguen a vivir inundaciones inmensas, casas destruidas y vidas rotas… Y en otros muchos países de Hispanoamérica siguen apoyando ese fortalecimiento de una sociedad enfrascada en procesos comprometidos de las comunidades eclesiales locales que hacen crecer grandes proyectos para el continente.
Este mes de agosto, tampoco han cerrado por vacaciones los donantes, "las empresas que nos apoyan y nos dan su confianza con sus donativos, su tiempo, su profesionalidad y colaboran en conseguir que crezcamos no solo económicamente sino en alianzas, en fortalecimiento de nuestros servicios", afirma Cáritas.
Y como siempre "todo esto es posible gracias también al trabajo gratuito y desinteresado de muchos voluntarios que nos dan su vida, a los que confían en nosotros sus problemas, sus retos, sus situaciones, a los que tienen esperanza en que algo puede cambiar y podemos hacerlo juntos…", concluye la acción sociocaritativa de la Iglesia Católica.
José Ángel Gutiérrez
joseangel@hispanidad.com