Sr. Director:
Soy Ingeniero Agrícola y durante muchos años he sido profesor de zootecnia en un centro de Formación Profesional Agraria.

En este largo período he enseñado a los futuros ganaderos como deben conducir la reproducción zootécnica de sus animales, eso quiere decir cómo han de manipular la reproducción para conseguir una rentabilidad. La inseminación artificial ha sido un medio de gran avance zootécnico, por ejemplo en vacuno, la comercialización de semen de toros probados en centros especializados permite encontrar en el mercado semen con las características complementaria a cada vaca, por ello, adecuados para obtener el mejor rendimiento genético y por tanto económico en cada hembra inseminada.

Cuando, refiriéndose a la especie humana, he leído en la prensa el titular Falta semen de buena calidad y en el artículo correspondiente Los voluntarios deben entregar entre dos y cuatros muestras al mes, recibiendo 40 euros por cada una y Cada vez hay mayor demanda de semen para poder concebir un hijo mediante ayuda clínica. Sin embargo, la calidad de éste ha empeorado significativamente en comparación con el de décadas anteriores ha querido ver que se utilizan métodos parecidos a los que yo recomendaba para los animales.

Y es que al parecer, la escasa riqueza del semen repercute en un aumento de las parejas que precisan del legado de otro varón para lograr el embarazo, así como el aumento de mujeres solteras que deciden afrontar su maternidad en solitario o sin pareja masculina. No olvidemos que en la actualidad, los tratamientos de fecundación  permiten ciertas posibilidades, como la elección de una muestra de un hombre con unas características  físicas específicas.

Aunque a veces pienso que uno está curado de espantos, cuando una ministra afirma que un feto no es un ser humano, he de reconocer que en estos casos me ha entrado una gran preocupación, pues esto significa que estamos tratando la reproducción humana con criterios zootécnicos.

No es extraño que se produzcan graves desequilibrios fisiológicos y sociales en hombres y mujeres que no han conocido a su padre biológico y que han sido escogidos no por lo que son sino por cuando o por lo que alguien quería que fueran.

Si para nuestro origen se emplean las mismas técnicas zootécnicas que para los animales no es extraño que, al llegar a adultos, el comportamiento también lo sea.

Domingo Martínez Madrid

domingomez11@gmail.com