• Siguen las protestas ciudadanas por los gastos del Mundial, en contraste con la pobreza de muchos brasileños.
  • Violentos disturbios por la muerte de un joven incendian una favela en Río de Janeiro. 
En Brasil, se han producido violentas protestas tras la muerte de un joven bailarín en Río de Janeiro, golpeado supuestamente por la policía.

El contexto de fondo es que a poco menos de dos meses del inicio del Mundial de fútbol, todavía hay favelas bajo el control de los narcotraficantes mientras que la policía brasileña es acusada de nuevo de recurrir precipitadamente a la violencia para contener el problema.

Recientemente, al menos 12 personas quedaron heridas y 27 fueron detenidas en una operación realizada por cerca de 1.650 policías para desalojar a unas 5.000 personas que habían ocupado una planta abandonada de una empresa de telecomunicaciones en Río de Janeiro, informa Efe. 

El desalojo ordenado por la justicia, que la policía anunció por altavoces en la madrugada poco antes de la operación, concluyó en cinco horas tras un violento enfrentamiento con los invasores, que se defendieron a pedradas e incendiaron cuatro autobuses, dos camiones, un vehículo policial y cuatro pequeñas viviendas.

Igualmente concluyó con declaraciones encontradas sobre las supuestas motivaciones políticas de la invasión, que salpicaron hasta el Mundial de fútbol que Brasil organizará en junio y julio próximo.

Los invasores afirmaron: "Queremos vivienda". "Invadimos porque necesitábamos de un lugar para vivir. Invadimos aquí porque los cracudos (adictos al crack) ya habían ocupado el área, dormían aquí y robaban a los habitantes de la región. El lugar estaba desocupado y nosotros necesitamos un lugar para vivir", dijo a Efe José de Souza, uno de los ocupantes y que alegó haber sido retirado a patadas por la policía.

"Dilma (Rousseff) queremos vivienda", "Pedir votos saben pero dar vivienda no" y "Millones en el Mundial pero nada en la vivienda", decían algunas de las pinturas.

"Ellos están invirtiendo todo en el Maracaná en lugar de dar casa para que la gente viva u ofrecer alquiler social. Ellos quieren gastar todo en el Maracaná ¿y el Maracaná va a dejar qué ¿Y la gente que sacaron de ahí a dónde va a vivir", se preguntó De Souza.

Brasil, potencia emergente, tiene todavía importantes bolsas de pobreza de las que ocuparse. Por eso, los ciudadanos afectados no entienden semejante desembolso por un Mundial si ellos no son atendidos.

Andrés Velázquez
andres@hispanidad.com