Todos saben cuál es la ilusión de Francisco González, presidente del Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA): que en el BBVA no trabaje nadie con más de 50 años, quizás con la excepción de él mismo, que está en los 62 y se siente joven.
En 2006, el BBVA prejubiló a 1.850 trabajadores, con aportaciones que el primer año se sitúan ligeramente por encima del 80% del salario, y hasta los 65 años , es decir, que se devalúan durante 13, 14 o 15 ejercicios. Quizás pensando en esa devaluación, FG ha decidido concederse una pensión, que recibirá en un solo pago tanto si se marcha del banco como si le echan. Pues bien, a 31 de diciembre de 2006, esa jubilación, a la que hay que sumar las de la Seguridad Social por los años cotizados –sin duda un factor importante- se eleva a 53,1 millones de euros, según la memoria de Gobierno Corporativo de la entidad, resumida por Europa Press. El fondo ha pegado un buen estirón, seguramente gracias a las normas de buen gobierno y la responsabilidad social corporativa, dado que a finales de 2005, un año ates, la jubilación que el banco se comprometía a pagar con FG estaba en los 38 millones de euros.
Con ello, ya ha superado al presidente del Central Hispano, José María Amusátegui, que se fue con una indemnización de 44 millones de euros y a este ritmo pronto alcanzará la pensión de jubilación de Ángel Corcóstegui, 110 millones de euros.
Para que se hagan una idea, cuando la CEO de Hewlett Packard (HP), Carla Fiorino, abandonó la segunda multinacional de informática del mundo y una de las empresas más capitalizadas de Wall Street, el Consejo de Administración decidió mandarla a su casa con 21 millones de dólares.
De sueldo, en 2006 FG sólo ha percibido 4,48 millones de euros, además de otros 5,2 millones por bonus. Es decir, 9,7 millones de euros. Por cierto, la pensión del consejero delegado José Ignacio Goirigolzarri ya está en 44 millones de euros con un sueldo 3,6 millones de euros. No es de extrañar que Goiri sólo haya mostrado reticencias a la hora de defender a sus antiguos colegas del BBV.
Por cierto, los códigos de buen Gobierno sólo hablan de las retribuciones de los consejeros, pero no del so ejecutivos. Desde que se libró de Emilio Ybarra, el presidente del BBVA no ha dejado de elevar el salario de sus fieles. Todos darán su vida por él.