Y luego lo importante: Barroso quiere que ZP esté en el G-20, mientras ZP considera que Barroso debe seguir presidiendo la Comisión Europea.
Lo anticipa el Servicio de Estudios del Banco de España, en su Boletín económico correspondiente a marzo, publicado en la mañana del miércoles, y que pueden consultar pinchando aquí.
Al parecer los datos se empeñan en fastidiar a los políticos. El propio presidente del Gobierno español, al que el informe del Banco de España le ha pillado en Bruselas, en una entrevista con el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, sigue viendo luces al final del túnel, lo que le acredita su espléndida visión: con el informe en la mano asegura que el bajón del PIB (31 de marzo de 2008-31 de marzo de 2009) es previsible, dado que nos encontramos en una recesión sin precedentes desde la II Guerra Mundial, ahora bien, ZP cree, aunque esto no lo dice el Banco de España que lo peor ha pasado ya.
Podemos hacer un acto de fe en sus palabras o leer el informe del Banco de España, según el cual, el consumo se ha derrumbado y ya se superan las alarmas de la crisis de 1.993 sin que ni el mencionado consumo ni la inversión presenten síntomas de mejora.
Los años un desastre, pero lo importante, el motivo de la reunión, va bien: Durao Barroso apoya a ZP para que se siente entre las 20 economías más importantes del mundo, en el G-20 -algo que a ZP le hace mucha ilusión- mientras éste considera que Barroso debe seguir al frente del Ejecutivo de Bruselas. Todos contentos. Es más: ZP le ha pedido que Joaquín Almunia continúe como comisario europeo de Economía, así tiene lejos al enemigo.
Apoyo el de ZP que, por cierto, si la UE fuera una democracia, resultaría imposible, dado que no se puede apoyar a un presidente de un Gobierno antes de que se celebren las elecciones que configuraran el Parlamento. Este es el problema. Que al presidente del Ejecutivo Europeo no le nombra el Parlamento europeo, sino los presidentes nacionales, para ser más exactos, la canciller alemana y el presidente francés tras consultar al primer ministro británico y al italiano... a los postres.