Habrá banco malo y habrá fusiones. Rajoy sólo quiere bancos de más de 200.000 millones de activos. Para ser exactos, quiere tres grandes grupos y tres medianos. Santander, BBVA y La Caixa capitanearán las absorciones

Desde que ganó las elecciones, Mariano Rajoy lleva deshojando la margarita sobre la reforma bancaria: ¿Banco malo o fusiones? La respuesta definitiva es: los dos. Habrá banco tóxico y habrá fusiones, y ambos exigirán dinero público, mucho más del presupuestado por el PSOE.

Ahora bien, la reforma bancaria a la que propende el PP tiene dos vertientes: las ayudas públicas y la reducción de la capacidad instalada.

Pues bien, según fuentes del PP, Rajoy quiere tres grandes grupos bancarios de más de 150.000 millones de balance (hablamos de negocio en España). Ahora mismo, sólo cuatro grupos cumplen ese requisito: Bankia, La Caixa, Santander y BBVA. Esos tres últimos serían los encargados de absorber a entidades pequeñas. Bankia, por el momento, continuará en solitario y, finalmente, está previsto se fusione con alguna de las tres primeras.

Es la que tiene una mayor red en España, por el momento, pero también la que afronta demasiados vencimientos de deuda.

Junto a ellos, estarían los tres medianos: Popular, Sabadell -que podría alcanzar esa dimensión si absorbe finalmente a la CAM- y un sexto que tendrá que surgir de la fusión de cajas de ahorros. BBK e Ibercaja son candidatas a cubrir ese espacio. El resto, los pequeños, que sobrevivan... si pueden cumplir con las nuevas exigencias de capitalización.

El segundo elemento de la reformada reforma bancaria es la reducción de la capacidad instalada. La cifra de consenso es reducir la plantilla en un 20% y las sucursales en un 15%. Eso supondría cerrar 6.000 de las actuales 40.000 oficinas bancarias y prejubilar a 50.000 trabajadores (más de 250.000 en el conjunto del sector.

Una reducción carísima para la que los banqueros exigen, también, ayudas públicas.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com