Un creciente apremio envuelve la agenda de desarrollo de la ONU a medida que se acercan importantes acontecimientos y caducarán metas a largo plazo.
Interesa especialmente a algunos el destino de la salud y los derechos sexuales y reproductivos. De hecho, muchos gobiernos están manifestando cada vez más su irritación con los defensores del aborto. En los últimos minutos de una conferencia celebrada recientemente, los delegados se quejaron de que los derechos humanos estaban siendo reducidos a derechos sexuales y reproductivos.
Otro llamó al debate sobre el tema "claramente, una desviación de la CIPD" (Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo del Cairo).
A la vez que promovieron el aborto con entusiasmo, muchos oradores de la agenda de desarrollo de la ONU, manifestaron frustración por no poder impulsar el derecho al aborto en documentos de la ONU.
Nafis Sadik, ex directora del Fondo de Población, se refirió a la CIPD como "postura mínima de consenso" en aborto y dijo que se habían hecho "pocos avances" para promoverlo desde entonces.
En una actividad patrocinada por Planned Parenthood en la ONU, en mayo, la dra. Sadik acusó a sus aliados de timidez y de "alejarse de nuestras propias metas".
Pese al abrumador sentir proabortista manifestado en los paneles de la conferencia, un colaborador hizo hincapié en el bienestar del no nacido. El presidente de la Comisión Kasaja de Derechos Humanos figuraba en un vídeo de promoción de la conferencia entre otros líderes. "Nos centramos en la salud reproductiva", decía Kuanysh Sultanov. "Priorizamos la salud de nuestros niños, no desde el momento en que nacen, sino desde el momento en el que fueron concebidos". Evidentemente estas frases no gustan a la CIPD.
En sus comentarios finales, la presidente aseguró a los participantes que las opiniones en contra del aborto se harían constar en el informe de la conferencia. Algo es algo, aunque sea poco.
Jesús D Mez Madrid