Lo anuncia la prensa portuguesa y es la pura verdad: tal y como adelantara Hispanidad, Zeinal Bava, primer ejecutivo de Portugal Telecom, ha prohibido a Telefónica votar en la junta de PT del próximo día 30, donde se someterá a los accionistas la aprobación o rechazo de la oferta de Telefónica (6.300 millones de euros) por el 30% de la operadora brasileña de móvil VIVO.
En definitiva, se prohíbe votar al principal accionista de la compañía, que controla un 10% de los derechos de voto. Presionados por el Gobierno, todos los estamentos políticos y económicos lusos están de acuerdo en esta nueva batalla de Aljubarrota contra los españoles, pues ya se sabe que de España no puede llegar ni buen viento ni buen casamiento.
El problema es ése, precisamente: que esto no es un casamiento sino que más bien suena a divorcio. En otras palabras, no es el caso SONAE -donde Telefónica apoyó al opador-, no estamos hablando de una OPA hostil sino de una oferta sobre una filial, aunque dicha filial gane más que la matriz. Lo cierto es que judicializar el conflicto no le interesa a nadie, tampoco a PT, y que lo que busca Bava es que Telefónica vuelve a mejorar su oferta.
Ojo, en puridad no se puede hablar de aparcamiento, dado que es posible que Telefónica no vuelva a recomprar el paquete vendido. En primer lugar porque tiene plusvalías, tras el subidón de PT de los últimos días. En segundo lugar, porque su objetivo es VIVO, no PT. Si el comprador se ha comprometido de algún modo a votar a favor de la oferta de Telefónica... eso no pude saberse ni demostrarse, pero aún así tenía sus razones: en efecto, si PT vende VIVO se va a forrar y de alguna forma tendrá que premiar a sus propietarios. Por ejemplo, con el dividendo extra propuesto por la compañía española y que ha rechazado.
Por su parte, el presidente de Telefónica, César Alierta, rechaza el apoyo del Gobierno español. La Administración Zapatero se lleva tan bien con la de José Sócrates que incluso le ha enviado a su lobby feminista para fomentar el aborto en Portugal, y el negocio del aborto España representa la tecnología punta y la nueva frontera, pero esa no es la cuestión. Es Alierta quien asegura que no necesita el apoyo político que sí tiene su adversario, porque el 55% del accionariado de PT son fondos extranjeros, deseosos de embolsarse la plusvalía que les ofrece Telefónica.
Además, Alierta ha hecho de ello causa de honor: está empeñado en no politizar la operación. Tiene una buena razón para ello: sus propietarios también son fondos extranjeros.
Y en Telefónica insisten: es inútil que Bava tense el cable: no habrá mejora. En Lisboa dicen lo contrario: subirán la oferta y se aceptará. Pues bien, por ahora Telefónica no acepta no votar en la Junta: está dispuesto a vendérselo a un tercero para que éste vote en su nombre en la Junta del día 30.
Miriam Prat
miriam@hispanidad.com