La locomotora alemana se va quedando sin fuelle. Así lo indican sus estadísticas de crecimiento, que señalan un aumento del PIB del 2,7% interanual pero que dan muestras de debilitamiento con un 0,1% en el segundo trimestre del año. Los técnicos de Destatis, el INE alemán, esperan un mejor comportamiento de la economía en el segundo semestre.
Cierto que su déficit público cayó al 0,6% y que el dato es un ejemplo en estos momentos en los que el resto de Europa pretende constitucionalizar el control del déficit. En la primera mitad de 2011 los ingresos crecieron un 6% hasta los 562.300 millones de euros, mientras los gastos solo aumentaron un 3%.
Sin duda es positivo que el gobierno de Merkel gestione bien las cuentas del Estado, pero la economía alemana se estanca y advierte con ello del peligro de una nueva caída del resto de Europa.
Mariano Tomás
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