El reparto de la TV digital, con el que Zapatero, un 29 de junio de 2005, se ganó a los señores de la prensa (tanto los de izquierdas como los de derechas) y perpetuó el oligopolio de los Polanco, Lara, Vocento y Pedro J. Ramírez, dejaba en mala situación a la pública RTVE, abocada a aumentar más su plan de recorte de gastos. En ese momento, todo el mundo predijo, incluso anuncio, que la directora general Carmen Caffarell presentaría la dimisión se volvería a su puesto de profesora en la Universidad Rey Juan Carlos. Sin embargo, uno de los ministros más influyentes del gabinete, advirtió a Hispanidad mientras exhibía la mejor de las sonrisas: Tranquilos, que esta no dimite.

Y así es, no dimite ni con lija, a pesar de las caídas de audiencia y de la manipulación ya grosera de la televisión pública y aun más de Radio Nacional, cuya etapa Piqueras ha batido todas las marcas de propaganda gubernamental.

Pues bien, el dicho del ministro es aplicable a la vergonzosa cinta en la que se mezclaban las torturas de iraquíes en la cárcel de Abu Grahib con las figuras de Mariano Rajoy y ángel Acebes en sus escaños del Congreso. El asunto recuerda la inserción del logo socialista, el puño y la rosa, cuando Butragueño marcaba sus goles, en el Mundial de México, frente a Dinamarca, en tiempos de Felipe González.

Naturalmente, el verde Fran Llorente, director de informativos, ha puesto cara de bueno y asegurado que se trata de un error técnico. El tal error técnico no se ha cometido con Zapatero y De la vega, quien ha gritado a los populares que no va a tolerar más falta de respeto al presidente del Gobierno d todos los españoles, sino, causalmente la jefe de la oposición. Televisión se ha disculpado por el técnico error pero no identifica al culpable del error (como no se trata de un error, sino de una manipulación, acusar a un trabajador de RTVE sería arriesgarse a que éste lo desmintiera) ni Caffarel presenta la dimisión del cargo por la misma razón: si le obligan a dimitir podría denunciar quién le dio la orden.

Por cierto, 24 horas antes de la emisión el secretario general del PSOE, José Blanco, había comparado las torturas en Abu Ghraib con el Partido Popular. Pura coincidencia.