El 25 de mayo se conmemora el Día Mundial de África, un día que evoca la fundación, en 1963 en Addis Abeba, Etiopía, de la Organización de la Unidad Africana (OUA), a la que reemplazó en 2002 la Unión Africana (UA), que ha sido la que ha desarrollado una serie de organismos, que incluye el Parlamento Panafricano, el Consejo de Paz y Seguridad, y programas como la Nueva Estrategia de Cooperación para el Desarrollo Africano (NEPAD).

En los últimos 10 años Manos Unidas ha apoyado cerca de 1.400 proyectos educativos en África, por un importe superior a los 69.000.000 euros. Por otra parte, los estados del continente africano han hecho de la enseñanza su primordial arma en el combate contra la miseria. En África Subsahariana la cifra de incultos rebasa los 140 millones; de los que 85 son mujeres.

Cerca de 936 millones de mortales residen en África, de ellos, 315 millones lo hacen en la indigencia a pesar de las cuantiosas riquezas del continente. Por otra parte, 460 millones tienen apuros para alimentarse, 50 millones pasan gazuza crónica.

Alrededor de 300 millones no tienen acceso al agua bebible, 313 millones carecen de servicios básicos sanitarios. Más de 200.000 chiquillos son empleados como soldados, esclavos domésticos o destinados a la prostitución. Unos 78 millones de críos están sin escolarizar, la mayor parte, son niñas.

También en África Subsahariana existen 28 millones y medio de contagiados por el virus VIH sida, de los que el 60 por ciento son mujeres.

Todo esto sucede en el llamado continente de la esperanza dada la mocedad de sus aborígenes. Un continente con enormes riquezas naturales.

Lo que sobra a los países opulentos, es patrimonio de los terruños indigentes.

Clemente Ferrer Roselló

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