Tras hacer notar el significado de la traición de Judas, el Apóstol Pedro, concluyó su discurso: "Es necesario, por tanto, que de los hombres que nos han acompañado todo el tiempo en que el Señor Jesús vivió con nosotros, empezando desde el bautismo de Juan hasta el día en que fue elevado de entre nosotros, uno de ellos sea constituido con nosotros testigo de su resurrección.
"Presentaron a dos, a José llamado Barsabás, por sobrenombre Justo, y a Matías. Y oraron así: Tú, Señor, que conoces el corazón de todos, muestra a cuál de estos dos has elegido para ocupar el puesto en este ministerio y apostolado, del que desertó Judas para ir a su destino. Echaron suertes y la suerte recayó sobre Matías, que fue agregado al número de los Once apóstoles" (Act, 1,21-26). Según la tradición, Matías murió mártir evangelizando Etiopía.
La suerte, la casualidad no existen. Todo es providencia de Dios que debe causar no sólo lo bueno sino permitir también las consecuencias del pecado: el mal, el dolor y la muerte. Así mismo, de este pasaje, se deduce la casi obligación de los cristianos de rezar por el obispo de su diócesis.
(Las fuentes principales, que no las únicas, de las que se han tomado los datos para redactar
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Libros: Los clásicos de siglos pasados de Santiago de
Pilar Riestra