Este Papa, nacido en Toscana, decidió procurar un mayor acercamiento con Oriente. Fue requerido por el rey de Italia, el ostrogodo Teodorico, que era arriano, para que marchara a Constantinopla a conseguir que el emperador Justino levantase las sanciones contra los arrianos. En efecto, Justino, el año 524, había decidido unificar la Iglesia y reprimir el arrianismo, para lo que dictó dos decretos obligando a los arrianos a que devolviesen las iglesias que habían arrebatado a los católicos. El Papa consiguió, en gran medida, que se suavizaran estas disposiciones, pero no aceptó en cambio, como pretendía Teodorico, que los arrianos convertidos al catolicismo fuesen obligados a convertirse de nuevo al arrianismo. Esto enfureció a Teodorico que a la vuelta del Papa, según una tradición bastante segura, le hizo prisionero para que muriera a causa de los malos tratos. Lo que ocurrió el 18 de Mayo de 526. Apenas tres años había durado el pontificado de San Juan I.

 

La enseñanza de San Juan I sobre Cristo y sus implicaciones para el cristiano de hoy, siguen vigentes. En su homilía del 22 de Junio de 2003 ha dicho Juan Pablo II: "Vostros sois la luz del mundo'. Esta afirmación amadísimos hermanos y hermanas, nos la repite hoy Jesús a nosotros. No es una simple exhortación moral. Es una constatación, que expresa una exigencia imperiosa, pues deriva del bautismo recibido. En efecto, en virtud de este sacramento, el ser humano se injerta en el Cuerpo místico de Cristo. Por tanto, con razón San Agustín exclamaba: "Alegrémonos y demos gracias: no sólo nos hemos convertido en cristianos, sino también en Cristo". Cristo es la "luz verdadera que ilumina a todo hombre" (Jn 1,9). Por eso el cristiano está llamado a ser, a su vez, reflejo de esta luz, siguiendo e imitando a Jesús. Por tanto, ha de escuchar y meditar su palabra, participar de modo constante y activo en la vida litúrgica y sacramental de la Iglesia, y practicar el mandamiento del amor, sirviendo a los hermanos, especialmente a los humildes, a los pobres y a los que sufren". En efecto, si como pretende algún teólogo actual, resucitando el arrianismo, Cristo no es Dios, entonces la religión cristiana no es cristiana.

 

 

(Las fuentes principales, que no las únicas, de las que se han tomado los datos para redactar la Sección "Hoy no se olvide de felicitar a…", y a cuyos autores se muestra el agradecimiento y reconocimiento debidos, son las siguientes:

Direcciones de Internet: archimadrid. es; churchforum.org; aciprensa.com; encuentra.com; planalfa.es; ewtn.com; serviciocatolico.com; buscabiografias.com; y es. catholic.net.

Libros: Los clásicos de siglos pasados de Santiago de la Vorágine, Ribadeneira y Croisset; "Nuevo Misal Popular Iberoamericano"; Dos mil Años de Santos", Ed. Palabra; "El libro de los santos", Ediciones Internacionales Universitarias; "La casa de los santos", Ed. Rialp; "Los santos del calendario cristiano", Ed. San Pablo; "Il grande libro dei Santi", Edizioni San Paolo; "Gran Enciclopedia Rialp"; "Año Cristiano" Ed. B.A.C; y "Nuevo Año Cristiano", EDIBESA; estas cuatro últimas publicaciones facilitan las mejores referencias bibliográficas sobre San Juan I).

 

                                                                                                          Pilar Riestra