Enrique, Emperador de Alemania, fue santo a pesar de haberse unido a los paganos en contra de los cristianos. Nació en Baviera el año 973 y casó por amor con Cunegunda, dama que no era de su condición pero que estaba adornada de todas las virtudes. A pesar de que durante el tiempo de su gobierno hubo de guerrear casi constantemente, su preocupación fundamental fue la mejora de las costumbres, tan deterioradas en su época, y la fundación de monasterios e iglesias. También se distinguió por su actividad evangelizadora más allá de sus fronteras. Murió en Grona, cerca de Gottingen, el año 1024 y se hizo enterrar, precisamente, en la catedral que él había construido.

 

Distintas enseñanzas de valor para todos los tiempos pueden derivarse de este polémico personaje. Quizá la más valiosa, aplicable a todos, pero especialmente a las autoridades actuales, fue su esfuerzo continuo para mejorar las costumbres, sin cómodas e interesadas cesiones ante la relajación que existía, fomentada por grupos poderosos.

 

 

 

(Las fuentes principales, que no las únicas, de las que se han tomado los datos para redactar la Sección "Hoy no se olvide de felicitar a…", y a cuyos autores se muestra el agradecimiento y reconocimiento debidos, son las siguientes:

Direcciones de Internet: archimadrid. es; churchforum.org; aciprensa.com; encuentra.com; planalfa.es; ewtn.com; serviciocatolico.com; buscabiografias.com; y es. catholic.net.

Libros: Los clásicos de siglos pasados de Santiago de la Vorágine, Ribadeneira y Croisset; "Nuevo Misal Popular Iberoamericano"; Dos mil Años de Santos", Ed. Palabra; "El libro de los santos", Ediciones Internacionales Universitarias; "La casa de los santos", Ed. Rialp; "Los santos del calendario cristiano", Ed. San Pablo; "Il grande libro dei Santi", Edizioni San Paolo; "Gran Enciclopedia Rialp"; "Año Cristiano" Ed. B.A.C; y "Nuevo Año Cristiano", EDIBESA; estas cuatro últimas publicaciones facilitan las mejores referencias bibliográficas sobre San Enrique).

 

 

                                                                                                                      Pilar Riestra