Al parecer eran hermanos gemelos según la sangre y lo fueron también según la fe en el común martirio. Eran sirios y médicos tan afamados –que además curaban sin cobrar-, que despertaron las envidias de sus colegas. Naturalmente, a principios del siglo IV, en la época de persecución de los cristianos por Diocleciano, bastaba saber que una persona creía en Jesucristo como Hijo de Dios y denunciarla para acabar con ella. Y así ocurrió, denunciados Cosme y Damián ante el juez Lisias, ellos se confesaron cristianos. Lisias les sometió a todo tipo de torturas pero Cosme y Damián no abjuraron. Ahora bien, estos dos futuros santos eran muy queridos por el pueblo y aquellas torturas herían los sentimientos más profundos, por lo que Lisias mandó decapitarlos para evitar las protestas. Corría el año 303.

 

Estos santos, generalmente considerados como los Patronos de los médicos y farmacéuticos, enseñaron para todos los tiempos que es preciso curar el cuerpo pero también el alma.

 

 

 

(Las fuentes principales, que no las únicas, de las que se han tomado los datos para redactar la Sección "Hoy no se olvide de felicitar a…", y a cuyos autores se muestra el agradecimiento y reconocimiento debidos, son las siguientes:

Direcciones de Internet: archimadrid. es; churchforum.org; aciprensa.com; encuentra.com; planalfa.es; ewtn.com; serviciocatolico.com; buscabiografias.com; y es. catholic.net.

Libros: Los clásicos de siglos pasados de Santiago de la Vorágine, Ribadeneira y Croisset; "Nuevo Misal Popular Iberoamericano"; Dos mil Años de Santos", Ed. Palabra; "El libro de los santos", Ediciones Internacionales Universitarias; "La casa de los santos", Ed. Rialp; "Los santos del calendario cristiano", Ed. San Pablo; "Il grande libro dei Santi", Edizioni San Paolo; "Gran Enciclopedia Rialp"; "Año Cristiano" Ed. B.A.C; y "Nuevo Año Cristiano", EDIBESA; estas cuatro últimas publicaciones facilitan las mejores referencias bibliográficas sobre San Cosme y San Damián).

 

 

                                                                                                                      Pilar Riestra