El joven director Jorge Dorado, que debutó en la gran pantalla con el thriller psicológico Mindscape, regresa a ese género con Objetos, en el que supone el primer papel protagonista en el cine del gaditano Álvaro Morte, convertido en estrella internacional gracias a su encarnación de “El profesor” en la famosísima serie televisiva La casa de papel.

Mario es un hombre solitario y extraño que trabaja en un gran almacén de objetos perdidos. Dedica la mayor parte de su tiempo libre a investigar la procedencia de los objetos para devolverlos a sus dueños y a que, en algunas ocasiones, recuperen retazos de su pasado. Una de las personas que acude a su almacén es una atractiva policía con la que mantiene una íntima relación. Las cosas en su vida se complican cuando llega a sus manos una maleta, rescatada del fondo del rio, donde encuentra ropa y restos humanos de un bebé. Entonces decidirá seguir el rastro de esa maleta con imprevisibles consecuencias.

 El arranque de la película atrapa y aunque el titulo de la película, Objetos, hace alusión a que algunos individuos cosifican a las personas, de ahí el sórdido mundo de la trata de blancas, en esa subtrama seria y trágica este film no se detiene demasiado ni profundiza ya que la historia escrita por el prolífico guionista Natxo López (muy conocido por su trabajo en series televisivas como Perdida o Hispania) pronto deriva en su desarrollo en un largometraje de suspense muy entretenido pero quizás demasiado comercial.

Álvaro Morte defiende bien su papel al igual que Verónica Echegui, que encarna a la tenaz policía, y China Suárez, en el papel de la mujer “utilizada” como mercancía. Si en el reparto se ha contado con intérpretes que tienen gancho para los espectadores, no ocurre así en la ambientación de la película que discurre, aparentemente entre dos continentes, y donde se aprecia por algunos detalles que nos encontramos ante una película ambiciosa pero con un presupuesto no demasiado elevado, a pesar de que se trata de una coproducción entre España, Argentina y Alemania.

Como curiosidad, algunas de las escenas de la película se han filmado en uno de los hoteles más lujosos de Madrid, el Four Season, sede hace años de la entidad bancaria Banesto.

Para: .os que les gusten los thriller entretenidos aunque con demasiados recovecos argumentales.