- Un refugiado sirio de 27 años hizo estallar una mochila bomba la noche del domingo 24 de julio en la ciudad de Ansbach, causando su propia muerte e hiriendo a quince personas.
- Había jurado lealtad al autodenominado Estado Islámico y había amenazado con atentar en nombre del islam.
- El viernses 22 de julio, David Sonboly, un germano iraní de 18 años, asesinó a tiros a nueve personas en Múnich antes de suicidarse.
- En este caso, la policía alemana atribuyó lo ocurrido a un "acto de locura homicida" y descartó que el joven tuviera vínculos con el yihadismo.
- Merkel garantizó que el Estado y la policía seguirán haciendo todo lo posible para proteger "la seguridad y la libertad de todas las personas".
Alemania ha vivido en menos de una semana dos
episodios violentos, aunque uno de ellos ha estado relacionado con el terrorismo yihadista y el otro no.
El refugiado sirio de 27 años que hizo estallar una mochila bomba la noche del domingo 24 de julio en la ciudad alemana de Ansbach, causando su propia muerte e hiriendo a quince personas,
había jurado lealtad al autodenominado Estado Islámico y había amenazado con atentar en nombre del islam en un vídeo encontrado por la policía en su teléfono móvil, según explicó el pasado lunes, en rueda de prensa, el ministro del Interior del Estado federado de Baviera,
Joachim Herrmann. Además, la policía ha encontrado material para fabricar bombas y un ordenador portátil con imágenes del Estado Islámico en la habitación del albergue en que vivía.
El atentado, perpetrado en las cercanías del lugar en el que se celebraba un festival musical al que asistían más de 2.500 personas, fue reivindicado por el propio Estado Islámico a través de la agencia Amaq, vinculada al grupo terrorista. Horas antes, el ministro del Interior alemán,
Tohmas de Maiziére, no descartaba una vinculación yihadista. Tras una semana cargada de violencia, las autoridades germanas decidieron el pasado lunes reforzar el despliegue policial en aeropuertos, estaciones de ferrocarril y zonas fronterizas, según anunció el ministro. Las fuerzas de seguridad también tendrán bajo control a más de 400 refugiados por sus supuestos vínculos con grupos islamistas.
Pero no ha sido la única acción violenta en Alemania en los último días. El viernes 22 de julio,
David Sonboly, el germano iraní de 18 años que asesinó a tiros a nueve personas en Múnich antes de suicidarse, acumulaba informaciones sobre matanzas y actos violentos, según desveló la policía alemana, que atribuyó lo ocurrido a un "acto de locura homicida" y descartó que el joven tuviera vínculos con el yihadismo. Los investigadores creen que el autor de la masacre, que se encontraba en tratamiento por depresión, fue víctima de acoso escolar y quiso vengarse de sus compañeros de clase turcos citándoles en la hamburguesería McDonald's en la que disparó contra los clientes. Para ello utilizó un perfil falso en la red social Facebook, en el que se hizo pasar por una joven turca.
La canciller alemana,
Angela Merkel, garantizó el pasado lunes que el Estado y la policía seguirán haciendo todo lo posible para proteger "la seguridad y la libertad de todas las personas". Tras reunirse con su Gabinete de seguridad, Merkel agradeció tanto la actuación de los cuerpos policiales implicados en el operativo de Múnich como los innumerables mensajes de solidaridad llegados de todo el mundo. "Es bueno saber que contamos con su solidaridad en la lucha contra la violencia y el terrorismo", dijo la mandataria alemana, que tuvo palabras de consuelo para las familias de los fallecidos. "Compartimos vuestro dolor, pensamos en vosotros y sufrimos con vosotros", señaló.
José Ángel Gutiérrez
joseangel@hispanidad.com