- Ver la ecografía antes de abortar puede hacer que la madre cambie de idea, así lo demuestran los casos de Isabel o Miriam.
- Tras verla, comentó Isabel, "le dije a mi madre que quería seguir adelante con mi embarazo porque había escuchado el latido del bebé".
- "Fui a un centro abortista y mientras me estaban haciendo una ecografía apartaron el monitor para que no pudiera ver al bebé", denunció Miriam.
- "Coaccionar a la mujer es girar el monitor y bajar el sonido para no pueda plantearse cambiar de opinión", insistió Gádor Joya.
- La portavoz de Derecho a Vivir añadió que sólo piden que se proteja al nasciturus, como recoge la Constitución.
A pesar del intenso calor, 21 ciudades españolas celebraron la
VII Marcha por la Vida el pasado domingo, entre ellas Madrid donde participaron más de 3.500 personas, y también varias ciudades americanas. ¿El motivo?
Los provida quieren que se enseñe una ecografía a las madres antes de abortar, pues es la clave para reducir el
drama del aborto, que
mata a 100.000 bebés españoles al año (en concreto, 94.188 según el último dato ofrecido por el Ministerio de Sanidad).
Y es que ver una ecografía antes de abortar puede hacer que la madre cambie de idea, así lo demuestran los casos de las españolas
Isabel o
Miriam, que fueron madres con 14 y 17 años, respectivamente. "En el momento de la ecografía, escuché un ruido y pregunté qué era. Me contestaron que era el latido del niño. Al salir le dije a mi madre que
quería seguir adelante con mi embarazo porque había escuchado el latido del bebé", contó Isabel, recordando el momento en el que visitó un centro abortista de Palma de Mallorca. "Fui a un centro abortista y mientras me estaban haciendo una ecografía
apartaron el monitor para que no pudiera ver al bebé", explicó Miriam.
Pero "¿por qué se quiere ocultar la verdad de lo que la ecografía enseña?", se preguntó la médico
Gádor Joya. "Coaccionar a la mujer es girar el monitor de la pantalla y bajar el sonido del ecógrafo para que ella no puede plantearse cambiar de opinión", subrayó la portavoz de la plataforma
Derecho a Vivir. Y es que está en juego el negocio de las clínicas abortistas: "Era un lugar triste, como un velatorio. Me pidieron 100 euros por la ecografía y 500 si me practicaban el aborto.
Sólo les interesa el dinero", recordó Miriam, refiriéndose al centro que visitó cuando se enteró de que estaba embarazada.
Gádor Joya añadió que sólo
piden que se proteja al nasciturus, tal y como recoge la
Constitución española. Por ello, como partidarios del
aborto cero, proponen que para llegar a dicho punto se den avances con el fin de cumplir la sentencia del Tribunal Constitucional de 1985 que afirmó que la vida del nasciturus es
un bien que el Estado tiene la obligación de proteger.
Cristina Martín
cristina@hispanidad.com