• Justificar la caída del beneficio por las diferencias del tipo de cambio es una excusa para distraer la atención sobre la delicada situación que atraviesa el banco.
  • La cuenta 123 no arranca en España: el Santander maquilla el resultado en nuestro país con la bajada en un 37% de las dotaciones.
  • Y ojo, porque tampoco ha comenzado bien el año en los mercados internacionales más importantes: Reino Unido, Brasil y Estados Unidos.
  • Ausbanc: el Ceo asegura que "nuestra publicidad en las revistas de Ausbanc tenía razones de tipo comercial".
Esta vez ha sido el Santander el primero de nuestros grandes bancos que ha iniciado la presentación de los resultados del primer trimestre de este ejercicio 2016. Y lo hace con un 'color' bastante oscuro para ser primavera, ya que sus números están bastante lejos de los que, hasta la fecha, nos tenía acostumbrados. Antes de comenzar a desgranar la secuencia del balance, que por supuesto son importantísimos y que al final es lo que cabe esperar de nuestra labor interpretativa, haré una consideración que los departamentos de imagen y marketing de las grandes corporaciones obvian continuamente en su afán de justificar unos malos resultados. Señores, cuando una gran entidad financiera como es el Santander internacionaliza su negocio en pos de conseguir una globalización que le permita crecer en diferentes mercados que operan con monedas distintas a la propia, que representan aportaciones a su cuenta de resultados como, por ejemplo, un 23% el Reino Unido, o un 18% Brasil, uno de los riesgos que debe asumir en su cuenta de resultados son las diferencias de tipos de cambio. Por eso, justificar con esta excusa el que la entidad haya registrado un resultado inferior en un 4,9% (1.633 millones de euros) (MM€) al del pasado ejercicio en igual fecha, es un ejercicio para distraer una delicada situación que, en realidad, parece estar viviendo la entidad presidida por Ana Botín. La primera crisis después de la sucesión del 'gran patriarca'. Esta apreciación se puede reforzar con los resultados de los negocios en España. Aquí no se pueden justificar los 307 MM€ de resultado neto, que representa un 9,6% menos que en el primer trimestre de 2015. Aquí parece que la estrategia del Santander con su publicitadísima cuenta 123, que tan buenos resultados está dando en el Reino Unido, o es una apuesta a medio/largo plazo, o no está funcionando. Su filosofía consiste en ofrecer al cliente un aliciente de remuneración -de hasta el 3%- para fidelizarle y conseguir la colocación de otros productos del banco que generen comisiones con un menor riesgo. Pero aquí tampoco se ven resultados, ya que el margen de intereses también ha bajado en un 9,3%, el margen neto ha sido un 21% menor que en 2015. El resultado en España se ha maquillado con la bajada en un 37% de las dotaciones para insolvencias. No han corrido mejor suerte los negocios en Reino Unido, donde el beneficio ha descendido un 0,3%, con unas dotaciones para insolvencias inferiores en un 91,1% a las del 2015 y un crecimiento de las comisiones en un 10%. Por acabar de dar una pincelada de los tres principales aportadores de negocio al grupo, Brasil ve crecer su resultado en un 0,4%, con unos crecimientos en su margen de intereses del 6,7% y de un 5,3% en su margen bruto, pero tremendamente lastrado por las dotaciones para insolvencias (6,4%), este último ratio parece indicar un escenario de recesión en un país estratégico para los negocios de la entidad que, como ya hemos dicho anteriormente, es el segundo aportador de resultados a la cuenta consolidada. A modo de pincelada de otros países, parece que tampoco corren buenos tiempos en los negocios de EEUU. Según se ha sabido en los primeros meses de este ejercicio, la filial ha tenido que aflorar perdidas por provisiones extraordinarias en su división de crédito al consumo por valor de unos 1.200 MM€. Difícil parece que se presenta este ejercicio para el Santander, inmerso en España en una reestructuración de plantilla que, parece, afectará a más de 1.200 trabajadores, en especial de su centro corporativo de Boadilla (Madrid) y que puede llevar aparejado el cierre de unas 450 oficinas. Hablamos de un banco en el que, precisamente, no brilla la adaptación a las nuevas tecnologías. De hecho, los trabajadores de oficinas llevan tiempo señalando una situación de colapso por la asistencia in situ de los clientes debido a la limitación de la banca on-line. Un pequeño apunte más relacionado con el reciente escándalo de la pseudo asociación de consumidores Ausbanc, inmersa en un proceso judicial por extorsión. Según parece deducirse de las diligencias preliminares, el Santander aparece como uno de los supuestos extorsionados por 1 M€ durante el pasado año. En este sentido, el consejero delegado, José Antonio Álvarez, ha señalado en la rueda de prensa de presentación de los resultados, que "nuestra publicidad en las revistas de Ausbanc tenía razones de tipo comercial". Como esto no mejore, 2016 puede ser un año terrible para nuestra entidad bancaria insignia en el mundo financiero. Rodrigo de Silos rodrigode@hispanidad.com