Nuevas proyecciones macroeconómicas del Banco de España y nueva bofetada a las previsiones del gobierno de Pedro Sánchez, esta vez personalizado en Nadia Calviño y en José Luis Escrivá, presuntamente los dos ministros con la cabeza mejor amueblada o, si lo prefieren, más ortodoxos en materia económica.

Así, mientras Calviño y Escrivá vaticinan que la economía española crecerá en el cuarto trimestre -el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones concretó el crecimiento en el 2,4% del PIB-, el Banco de España estima, no sólo que no crecerá, sino que caerá un 0,8% y cerrará el año con un descenso del 11,1% del PIB, en el escenario central.

¿Cuál de las dos previsiones es más creíble? El director general de Economía y Estadística del Banco de España, Óscar Arce, ha justificado la diferencia por la elevada incertidumbre existente y porque aún “quedan tres semanas” de ejercicio, en las que puede suceder cualquier cosa.

En cualquier caso, aún con las previsiones más optimistas bajo el brazo, la economía española será la que más caiga de la eurozona en 2020 debido al desplome del segundo trimestre provocado por el confinamiento, uno de los más severos del mundo y que no evitó que fuéramos el país con más muertos por habitante.

Lo más positivo de las previsiones presentadas este viernes es el crecimiento esperado para 2021, motivado por la llegada de las vacunas. Concretamente, la economía española podría crecer un 8,6% en 2021 en el escenario “suave”, un 6,8% en el “central” y un 4,2% en el “severo”. La tasa de paro, por su parte, cerraría 2021 en el 17,1%, el 18,3% o en el 20,5% según el escenario. Para este ejercicio, el supervisor estima que el paro se sitúe en el 15,7%, el 15,8% o el 16,2%.

Uno de los pilares sobre los que se sustenta la recuperación económica, según el Gobierno, son los fondos europeos recientemente desbloqueados. Hablamos de 140.000 millones de euros -para España-, de los que 72.000 millones son subvenciones, esto es, no son créditos que haya que devolver. Pero, ¿realmente es tan importante? Para que se hagan una idea, en los nueve primeros meses del año, el Gobierno ha aumentado la deuda en más de 112.000 millones de euros. En otras palabras, antes de que lleguen, ya nos hemos ‘comido’ con creces esas subvenciones ‘salvadoras’.

La deuda pública será, sin duda, un aspecto importante de la economía en los próximos años y no para bien, lamentablemente. Las proyecciones son preocupantes: si España cerró 2019 con una deuda del 95,5% del PIB, en 2020 podría llegar al 116,1% en el mejor de los casos, al 116,7% en el escenario central y al 117,8% en el peor de los casos.

Y en 2021, salvo en el escenario “suave” (115,1%), la deuda crecerá hasta el 118,5% del PIB o al 124,2% en el “severo”. Y aunque no se puede hablar de un nivel de deuda que pueda poner en peligro la recuperación a medio y largo plazo, lo cierto es que si estos niveles perduran en el tiempo podrían tener consecuencias nefastas. Sobre todo si al BCE se le ocurre subir, aunque sea mínimamente, los tipos de interés.