• Oliu tiene un horizonte de jubilación: los 70. Quedan 2 años.
  • Receta: los fondos de capital-riesgo pueden superar el 25%... pero sin llegar al 33%.
  • Y no piensa recuperar su referencia de accionistas amigos.
  • Gilinsky perdió 80 millones de euros por salir corriendo.
  • El Sabadell se sincera: cláusulas-suelo han provocado que el precio de las hipotecas suba en 0,40 puntos.
  • Al Banco Popular hay que dejarle tiempo… y el presidente asegura que no le preocupa el Santander.
  • Inversiones en Cataluña. Rajoy marcha por el buen camino… pero aún le queda mucho.
  • Anthony Frank, un norteamericano que habla español, se incorpora al Consejo.
Josep Oliu, presidente del Sabadell (en la imagen), tiene un horizonte vital (y profesional): retirarse a los 70 años de edad. Le quedan dos y, aunque todo es revisable, lo cierto es que su intento de jubilarse como un gran banquero tras absorber al Popular no pudo ser y ahora Oliu sabe que el Gobierno y el Banco Central Europeo (BCE), han concedido a Emilio Saracho todo el año 2017 para poner orden y saber si el Popular puede continuar en solitario. Por otra parte, Oliu asegura que no siente ningún aliento en la nuca. Es decir, que no siente el peligro de una opa del Santander. Hace mal. En cualquier caso, Oliu inició, cinco años atrás, un proyecto para contar con un núcleo duro y entre la familia Lara, los Andik, el mexicano David Martínez y el colombiano Gilinsky llegaron a poseer el 20%. Los Andik se han marchado, los Lara planean hacerlo, Martínez no, permanece con un 4,9% mientras Gilinsky se ha marchado por la puerta de atrás y bastante mal. En otras palabras, si se hubiera esperado unos meses más no habría vendido a 1,20 sino a 1,70. En plata, que ha dejado de ganar 80 millones de euros, algo muy molesto hasta para nosotros, los multimillonarios. Por tanto, Oliu, que confiesa no creer en los núcleos duros "porque son los más blandos de todos", ha decidido dar cabida, aún más, a los fondos de capital-riesgo. En otras palabras, a los fondos. ¡Qué peligro! Los institucionales poseen ya un 25%. En el Sabadell piensan que ese es el porcentaje ideal. Al menos, se trata de no llegar al 33%. La explicación es sencilla: la banca en la sombra es, en teoría, radicalmente independiente pero, sea por conspiración o por consenso, el caso es que siempre votan unidos en la misma dirección. Y claro, podría bloquear aquellas decisiones del consejo que necesitan mayoría cualificada de dos tercios del capital. ¿Es mejor Gilinsky o los fondos? El problema estriba en saber qué es peor. Los fondos son incontrolables. Ni tan siquiera sabes qué participación real poseen. Tienes que fiarte de su palabra. En cualquier caso, Oliu aborda la recta final, por el momento, de su carrera profesional fiado a los fondos, no a los accionistas de referencia. Planeta venderá en cuanto la acción suba, el mexicano Martínez no tiene prisa pero Andik y Gilinski ya dijeron adiós. En cuanto al ejercicio 2017 se presenta bien. Además, recaudará 440 millones de euros de plusvalía en Estados Unidos y ha decidido que no irán al dividendo, porque es un extraordinario. Y se ha traído a un anglosajón que habla perfectamente el español, Anthony Frank Elliot Ball, al Consejo de Administración, algo interesante. Sustituye a Joan Lloch. Que lleva ya doce años y abandona el Consejo. Ratificados o reelegidos: José Luis Negro, Manuel Valls y Teresa García-Milà. El problema catalán (sí, Cataluña era una región española que ahora se ha convertido en un problema). Oliu se ha vuelto cauto. Alaba a Mariano Rajoy por su anuncio de inversiones en Cataluña. Asegura que si no se hizo antes es porque no había dinero para nada. Pero al mismo tiempo, medroso, asegura que esto no basta y que el "Estado español" debe hacer más para ganarse a Cataluña. A partir de ahí, el Sabadell entra, como toda la banca española, en el proceso de fusiones por decreto y en el lamentable principio BCE de que un banco grande es un banco bueno por el artículo 33. Y el Sabadell, como casi todas las entidades españolas, es un buen banco. Pero no lo suficientemente grande para el gusto del nuevo capitalismo en general y de Fráncfort en particular. Eulogio López eulogio@hispanidad.com