• Claro que lo peor del magnate no es lo que piensa sino el dinero que pone en sus empeños.
  • El filántropo suma 'otra causa' a sus campañas para promocionar el aborto y acabar con la familia.
  • Es la denuncia de Austin Ruse, una de las figuras más relevantes en defensa de la vida.
  • Para Soros caben en el mismo saco el Papa, la Iglesia, la familia o el matrimonio.

El multimillonario y especulador George Soros tiene dos afanes: hacer mucho dinero (dentro de una lógica capitalista) y tumbar todo aquello que tenga que ver con la familia natural y la religión (especialmente el cristianismo). Es la denuncia que ha hecho pública Austin Ruse, una de las figuras más relevantes en defensa de la vida, dentro y fuera de EEUU. Ruse preside el Centro para la Familia y los Derechos Humanos (C-Fam), organización muy activa en defensa de la vida, que paradójicamente ha entrado ya en la perversa diana del magnate de origen húngaro, al igual que otras organizaciones provida. Claro que el problema, en estas cosas, no es lo que piense Soros para dar la vuelta a la realidad, sino el dinero que destila el personaje de marras para desplegar sus inquinas. Dinero, mucho dinero, como el utilizado en sus campañas para silenciar los mensaje del Papa Francisco, cuando habla de la familia, el matrimonio o el aborto. El aborto es, vaya por Dios, de las grandes debilidades del especulador. Es conocido su empeño en promover ese infanticidio o acabar con las legislaciones provida en distintos países, sobre todo Hispanoamérica. La queja de Austin Ruse, en concreto -contenida en uno de los friday fax-, se centra en el hecho de que Soros haya decidido incluir a C-Fam en la misma en la que ya están el Congreso Mundial de Familias, el Vaticano o la Iglesia ortodoxa rusa. Ese es parte del saco de Soros y de su terminología al uso -como aparece en sus mensajes- de "fundamentalismo religioso" o "actores anti-derechos". Ahí es nada, campeón. El informe del equipo de Soros contra C-Fam, en concreto, está contenido en 200 páginas, con un título de por sí insólito: "Derechos en Riesgo". En esos derechos en riesgo, para el filántropo, están, para su exclusión, naturalmente, los que tienen que ver con el niño no nacido, la familia y, una vez más, la Iglesia. Para Ruse, esa fijación de Soros es "como una insignia de honor", pero también "una amenaza muy real", sobre todo, porque los "seguidores de Soros son mezquinos y peligrosos". Ruse recuerda a otras iniciativas, dotadas con cuantiosos fondos del filántropo, que ha servido a fines parecidos para defender la ideología de género y atacar los valores naturales a favor de la vida y la familia.