• Rajoy fuerza la salida del Santander ante el riesgo político.
  • Con ello desautoriza al titular de Economía.
  • Decir que Guindos buscó la solución en Bilderberg es no entender nada.
  • Su solución era Bankia aunque al final se tuvo que sumar a la opción Santander.
  • Y sus compañeros del Gobierno se lo recuerdan con mucho cariño.
  • Porque si algo le sobra a Guindos en el Ejecutivo son enemigos: entre ellos, Soraya Sáenz de Santamaría y Álvaro Nadal.
Cuando se escriben estas líneas quedan aún unas horas para la comparecencia de Luis de Guindos (en la imagen) en la que va a explicar, en sede parlamentaria, lo que ha sucedido con el Banco Popular. Una cosa está clara: el ministro de Economía se ha convertido en el hazmerreír del Gobierno. Todo lo que intentó salió mal. Por ejemplo, la operación Bankia. Guindos trabajó para hacer realidad la fusión Popular-Bankia, pero se topó con la negativa de Mariano Rajoy. El presidente del Gobierno no estaba dispuesto, bajo ningún concepto, a asumir el riesgo político de la operación. Lo cierto es que la operación tenía mucho sentido industrial -convertiría a Bankia en el mayor banco en España- aunque José Ignacio Goirigolzarri no estaba muy entusiasmado con la idea. En todo caso, la opción Bankia no llegó a buen puerto porque el veto del presidente fue definitivo: me dirá que estoy nacionalizando pérdidas privadas. Como consecuencia de ello, Guindos quedó desautorizado frente al resto del Ejecutivo. Él, el artífice de la recuperación económica, el hombre que evitó el rescate, se ha convertido en el hazmerreír del Gobierno. Guindos no pasa por su mejor momento, al menos internamente. Porque decir que el ministro de Economía buscó la solución en el club Bilderberg es no entender nada. Sí, al final tuvo que asumir la solución Santander pero solo cuando la suya quedó completamente descartada por Rajoy. Extremo éste que le recuerdan con mucho cariño sus compañeros de Gobierno. Porque si algo le sobra a Guindos en el Ejecutivo son enemigos. Por ejemplo, Soraya Sáenz de Santamaría y Álvaro Nadal. La vicepresidenta no olvida el protagonismo de Guindos entre las elecciones de diciembre de 2015 y las de junio de 2016, cuando ganó muchos enteros para convertirse en el delfín de Rajoy. Pablo Ferrer pablo@hispanidad.com