- Registro de confesiones mientras su reforma del Código Penal facilita aún más los ataques de los lobbies contra la Iglesia católica.
- Especialmente, el de los cada vez más poderosos lobbies gay y feminista.
- La reforma del Código Penal amplía a cuatro años de cárcel los delitos de odio… convertidos en arma principal de la ideología de género contra el cristianismo disidente de lo políticamente correcto.
- Mientras, aunque se multiplican las profanaciones y sacrilegios contra templos católicos, el Gobierno del PP no se mueve salvo que el asunto llegue a terrorismo.
Rafael Catalá, ministro de Justicia (
en la imagen), ha lanzado su
catálogo de confesiones religiosas: informatización de las relaciones con las distintas Iglesias, informatización de los credos religiosos, aplicación del título de 'notorio arraigo' de una confesión y, en definitiva, mucho ruido y pocas nueces.
Pero Catalá no ha dudado en presentar esto como el desarrollo necesario de la
ley de libertad religiosa de 1980 que se había quedado obsoleta. ¿Por qué razón? ¡Porque es de 1900, naturalmente!
Dos decretos para, se supone tener más controlado al clero de las distintas confesiones, incluidas aquellas que no tienen clero. A través de dos decretos y para dar fe, ojo al dato de "la diversidad ideológica que constituye hoy en España el hecho religioso…y que supone una diversidad como no conocíamos en décadas".
Catalá estaba muy preparado: "partimos de la aconfesionalidad constitucional pero, como la interpreta el Constitucional, se trata de laicidad positiva y de cooperación del Estado con los distintos credos".
Eso está muy bien, pero la verdad es que mientras
se multiplican las profanaciones de templos católicos -siempre católicos-, entre otros, la capilla de la Complutense a cargo de la concejal portavoz del Ayuntamiento de Madrid,
Rita Maestre, el Estado responde informatizando el registro de religiones, porque un credo virtual, no me lo engañarán resulta mucho más moderno.
Para que no se escape el
voto católico, que tiene muy preocupado al
PP, Catalá recuerda la " singularidad" de este credo: "en términos cuantitativos, 35 millones de españoles están bautizados" y el 75% de los españoles se considera cristiano. Luego están los 2 millones de musulmanes; 1,5 de evangélicos y 45.000 judíos.
¿Y todo esto para qué? Pues para que, por ejemplo, se reconozca a los ministros de los credos con 'notorio arraigo' la posibilidad de matrimoniar y de que el Estado reconozca ese matrimonio. Lo mejor sería,
como ya hemos dicho en Hispanidad, cargarse el matrimonio civil y regualr las herencias. Y cada cual que se case por el rito que desee y se compromete a lo que le comprometa dicho rito.
Con todo, lo de menos es este nuevo alarde pepero de respeto a las libertades.
No se mejora la libertad religiosa informatizando el registro de confesiones. Pero es que, coincide este decreto en el tiempo con la entrada en vigor de la
reforma del nuevo Código Penal, que amplía de tres a cuatro años las penas por delito de incitación al odio y a la violencia. Este artículo 510 del Código Penal es el aprovechado por los lobbies, sobre todo los de la
ideología de género, sobre todo
el lobby gay y el lobby feminista, para arremeter contra la Iglesia Católica, porque consideran que la Iglesia es homófoba y machista. No es broma, el obispo de Alcalá,
Reig Pla, ya fue a los tribunales por, sencillamente, recordar la doctrina del catecismo en materia de homosexualidad.
Y en el entretanto, mientras se multiplican las profanaciones y sacrilegios contra templos católicos, el Gobierno del PP informatiza el archivo de confesiones religiosas. Todo un avance hacia la libertad religiosa.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com