• El reglamento de la CAM exige que cada centro, privado o público, disponga de pedagogía adecuada para el reconocimiento y el respeto de personas LGTBI y sus derechos.
  • Si se quedara ahí podría admitirse, pero los colegios católicos se temen que vaya a más.
  • Según la ley de julio de 2016, se habla de que los escolares deben celebrar, por ejemplo, "fechas conmemorativas". Por ejemplo. el Orgullo Gay.
  • Y al mismo tiempo, algo positivo: restablece que la asignatura de religión sea de oferta obligatoria.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes (en la imagen), ha dado otro paso para imponer la ideología de género, y en concreto el homosexualismo, en las escuelas madrileñas. La ley aprobada en julio de 2016 exige que cada centro, privado o público, disponga de "pedagogías adecuadas para el reconocimiento y respeto de las personas LGTBI y sus derechos". Si se quedara ahí podría admitirse, pero los colegios católicos se temen que vaya a más. Y es que la Ley de Protección Integral contra la LGTBIfobia y la Discriminación por Razón de Orientación e Identidad Sexual madrileña, aprobada en julio de 2016, es más salvaje que la anterior. Es decir, que la Ley de Identidad y Expresión de Género e Igualdad Social y no Discriminación, que entró en vigor en marzo del mismo año y resulta algo más suave. Como la gente no protestó por la una, llegamos a la otra. Es comprensible el temor de los colegios católicos y más después de lo que pasó en el Colegio Juan Pablo II de Alcorcón, que tiene abierto un expediente administrativo. Recuerden que su director, Carlos Martínez, envió una carta a los padres donde criticaba las dos normas sobre identidad de género de Cifuentes. Pues la respuesta, y la polémica, con ayuda de Telemadrid y la asociación homosexual Arcópoli, no se hizo esperar: la presidenta madrileña llevó a Martínez a la Fiscalía. ¡Menos mal que el fiscal no vio delito! Y se cerró el caso. La ley madrileña de julio de 2016 habla de que los escolares deben celebrar, por ejemplo, el Orgullo Gay. En concreto, señala que los centros desarrollarán "acciones de fomento del respeto y la no discriminación de las personas basadas en la orientación sexual e identidad o expresión de género… en las fechas conmemorativas a las que se refiere el artículo 50". Este último, entre otras cosas, recoge que la Comunidad de Madrid promoverá el turismo LGTBI y prestará respaldo institucional en la celebración de fechas conmemorativas, actos y eventos que contribuyan a la igualdad social de las personas LGTBI. Al hilo de esto, convendría no olvidar las palabras del Papa Francisco, quien ha defendido a los gays (por ejemplo, en su viaje de vuelta tras la JMJ de Brasil, como recogió La Nación), pero ha señalado que el problema es el lobby gay. Paralelamente, Cifuentes ha hecho algo positivo: ha reestablecido que la religión sea de oferta obligatoria, como informa la Federación de Enseñanza del sindicato USO-Madrid. Por tanto, ha mejorado a la LOMCE, la cual dejó en un limbo a esta asignatura al permitir que las autonomías pudieran reducir horarios y olvidando que debía ser de oferta obligatoria y elección voluntaria. Algo es algo, Cristina, pero algunos siguen sin fiarse de ti. ¿Por qué será? Cristina Martín cristina@hispanidad.com