- Los acreedores financieros tomarán el 87,5% del capital.
- El resto, un 12,5%, se queda para los antiguos accionistas.
- Según el plan financiero presentado el viernes, la deuda que Abengoa puede pagar se eleva a 2.940 millones de euros, un 30% del total.
- El pequeño accionista, mareado por la inversión de fondos especulativos.
- Pero la banca acreedora no quiere fondos, lo que quiere es un socio industrial que gestione.
Por fin, con casi 2 meses de retraso sobre el horario previsto, el equipo del presidente de Abengoa,
José Domínguez Abascal, apoyado por
KPMG, agente de los bancos, presentaba su plan financiero, que ahora las entidades acreedoras y los bonistas (fondos) deberán aprobar.
Antes de entrar en las cifras, lo más importante es ratificar lo ya adelantado por
Hispanidad:
la banca acreedora quiere que se vaya el equipo del presidente Domínguez Abascal, así como el resto de ejecutivos que dejara la
familia Benjumea. De hecho, el principal acreedor, el Santander, ya está buscando un recambio para Abascal.
Segunda aclaración importante:
la banca está preocupada por los fondos especulativos que están haciendo subir y bajar la acción, en un tobogán donde siempre quedan pillados los de siempre, los minoritarios. Entendámonos, no serán los fondos los que aporten gestión
sino un socio industrial o un equipo formado al efecto y nombrado por la banca.
Igualito que en Pescanova.
En cuanto al plan financiero tampoco se ha vendido bien. Para no perdernos en pormenores, lo que dice el
plan financiero al que la banca deberá responder, es lo siguiente:
la deuda sostenible, en otras palabras, la deuda que
Abengoa puede pagar, se eleva a 2.940 millones de euros. Es decir,
un 30% de la deuda total.
Lo que propone el plan es que los
actuales accionistas se queden con un 12,5% del capital, mientras los acreedores financieros acaben poseyendo un 87,5%.
Eso sí,
los bancos siguen negociando con los bonistas las condiciones y avales de la aportación de dinero que deberán ejecutar ellos, los bonistas (ahora les toca). Detalle importante, porque de ello depende, por ejemplo,
el pago de las nóminas de febrero.
En resumen, el panorama sigue siendo gris pero, al menos, se van cubriendo etapas. No olvidemos que, según ese mismo plan las necesidades de liquidez de
Abengoa para el ejercicio de 2016 se elevan a 1.672 millones de euros,
algo más de los 100 millones de euros por mes que calculaba la banca.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com