Un reportero despistado nos explica la nueva cabritada de Pekín contra Hong-Kong: la Ley de Seguridad, que impondrá algo parecido a una ley marcial en la ex colonia. Considera nuestro Tribulete que Hong Kong es el arquetipo de “un país, dos sistemas”: sistema política comunista y sistema económico capitalista. Es decir, aquellos dos sistemas donde prima lo peor de cada cosa y de cada casa, porque en ambos el grande se come el pequeño. De hecho, como sistemas son iguales. Sólo que en uno manda el Estado y en el otro mandan los mercados y las multinacionales. Y ambos se parecen en algo: juegan con el dinero de los demás.

En cualquier caso, lo de Hong Kong no es, o era, una ciudad con dos sistemas: es -o era- una célula medio libre y semipermitida por su capacidad para captar dinero… dentro del terror maoísta.

Lo único que detiene a Pekín para arrasar Hong Kong es movilizar la ternura occidental -cada vez más alicaída- a la que tiene que vender tantos productos.