Tenía que llegar. Y llegar con Pedro Sánchez, que tiene alma morada, es decir, feminista: la administración ha admitido la inscripción del primer sindicato del puterío, la Organización de Trabajadoras Sexuales, OTRAS. De los otros se está a la espera, quizás porque no han terminado de ver la peli y no saben que están muertos.

Es el primer sindicato de alcahuetería de España dispuesto a defender, porque deberes ya nos quedan pocos, pero lo que es derechos… nadamos en ellos.

‘¿Te gusta? Pues a ella no’. Y si a ella no le gusta, ¿por qué lo hace?

El discurso cultural imperante ha banalizado el sexo, engolfado en la fornicación y proscrito la paternidad pero, a cambio, defendemos los derechos de las trabajadores del sexo con mucho empeño.

Hace poco veía una campaña de publicidad institucional en no sé qué ayuntamiento majadero, que lanzaba el siguiente mensaje: “¿Te gusta? Pues a ella no”.

Los culpables del lenocinio son tres: el proxeneta, la coima y el cliente

Ahora bien, la pregunta es: Y si a ella no le gusta, ¿por qué lo hace? Claro, es que no lo hace porque sí, lo hace por dinero.

A ver si nos entendemos: aunque se pretenda demonizar a clientes (que no está mal demonizarle un pelín) lo cierto es que los culpables del lenocinio son tres: el proxeneta, la coima y el cliente. El primero puede ser resultar el más repugnante, pero es el menos necesario. Ahora bien, la trata es cosa de dos y la prostituta también es culpable.

En la prostitución no hay buenos y malos: todos son malos, incluida la profesional

El problema es que el mundo actual se trata de cuestiones morales según el quién, no según el qué. El puterío consiste en separar sexo y amor, que es cuando se mueve el amor y se pervierte el sexo.

Esto es, la prostitución es mala en sí misma. Y en ella no hay buenos y malos: son todos malos, incluida la prostituta. Salvo que está afiliada a OTRAS, claro está. En cuyo caso, es una trabajadora de lo más respetable.

Eso sí, la ministra Magdalena Valerio asegura que la prostitución es poco feminista, aunque el culpable es el machismo, naturalmente

Sánchez consigue lo que España tanto necesitaba: un sindicato de putas. Y ni tan siquiera se lo agradecemos.

Eso sí, la ministra de Trabajo, Magdalena Valerio asegura que la prostitución es poco feminista y que intentará anular el sindicato (¡cuánta censura!), aunque el culpable es el machismo, naturalmente. La mujer, nunca jamás.