Decíamos ayer  que PSOE y Podemos, dentro de sus mutuas divergencias y sus odios compartidos, diferían sobre cuánto debe subir el salario mínimo interprofesional (SMI) para 2021: si el 0,9% que propugna Nadia Calviño o el 1,8 por el que optan los sindicatos y, previsiblemente, Podemos.

Pues no, lo mínimo que debería subir el SMI el próximo uno de enero es hasta los 1.000 euros. Ojo, netos mensuales. Con menos de ese dinero es difícil vivir en España y mucho menos forma una familia. He dicho netos, lo que en bruto vendría a rondar los 1.200 euros… que, aproximadamente, supone el 60% del salario medio.

Simplemente porque es de justicia… pero eso sí, si hablamos en neto… y suprimimos los impuestos que acompañan al SMI y que son, como siempre, los que obligan al empresario a entrar en la economía sumergida… a cerrar.

Aún recuerdo cuando Podemos consiguió la gran subida del SMI hasta los 950 euros al mes. Ojo, brutos. La ya ministra de Hacienda, María Jesús Montero, nos explicaba a los periodistas. que la subida del SMI significaba, al mismo tiempo, mayores ingresos para el Estado por las mayores cuotas sociales que las empresas pagarían por sus trabajadores SMI.

Vamos a ver: el empeño de Podemos en subir el SMI es bueno y enjundioso. En primer lugar, porque en España se cobra poco y, además, la diferencia entre salario mínimo y media salarial resulta demasiado amplia.

Ahora bien, lo que sorprende es que nadie proponga esta medida, verdaderamente revolucionaria en España: no grave a trabajadores y empresarios con impuestos que no alimentan otra cosa que la codicia del Estado, es decir, de los políticos.