Cinco mujeres han sido asesinadas en una semana por sus ex parejas. Es grave. De inmediato, la defensora de la mujer, vicepresidente Carmen Calvo, ha salido a escena para repetirnos -la letra con sangre entra- que les matan por ser mujeres. Que no, que el mundo no está lleno de misóginos psicópatas que disfrutan asesinando a mujeres. Les matan por ser sus mujeres. No por sentido de propiedad, queridas feministas, sino porque el matrimonio ha fracasado y el odio se ha convertido

Carmen Calvo

Vamos, que no matan a la vecina del tercero, sino a la suya propia. ¿Y eso no es más grave? Por supuesto que sí, igual que el parricidio es más grave que el asesinato mondo y lirondo. Sencillamente, los llamados crímenes de género o crímenes machistas son, crímenes domésticos: suceden cuando el amor se ha convertido en odio, ya que ambos sexos discuten y cada uno utiliza sus mejores armas: el varón la fuerza bruta. 

A Carmen Calvo le inquieta que la mujer denuncia menos al varón. Curioso

Ahora bien, no es misoginia. El problema de la sociedad actual no es el machismo, sino el matrimonio. Gente que se casa sin comprometerse, sin entrega, sin donación de sí mismo y los matrimonios duran menos que un caramelo a la puerta de un colegio. Pero no les matan por ser mujeres, sino por ser su mujer. Por eso es más grave.

Así que, doña Carmen, no se inquiete porque se hayan reducido las denuncias de mujeres a sus parejas masculinas. De hecho, debería alegrarse. A lo mejor eso implica que las cosas van mejor. Salvo que lo que pretenda la feminista Calvo es fastidiar al varón, en cuyo caso...

Además, la ministra de Igualdad, Irene Montero, quien ya ha advertido de que estamos en "alerta machista" ya ha anunciado que eso obliga a reaccionar la ministerio que dirige, actualizando lo que sea necesario e incluso creando nuevas herramientas con el objetivo de responder de una manera más "efectiva" a la violencia y poder "llegar siempre a tiempo".