Vestas se ha desplomado un 18% en bolsa este miércoles, algo que ha arrastrado a otras compañías del sector de las renovables, como Siemens Gamesa (-12%) y Solaria (-9%). Esta reacción se ha debido no sólo a que el fabricante de aerogeneradores danés ha ganado un 24% en los nueve primeros meses, sino sobre todo a que ha recortado por segunda vez sus previsiones anuales debido a la inestabilidad de la cadena de suministro y a la inflación de costes.

Vestas ha tenido un beneficio neto de 156 millones hasta septiembre, un 24% inferior al de hace un año por el desarrollo negativo del beneficio operativo (Ebit), que ha pasado de 340 millones a 236 millones, y el impacto de atípicos. De estos 156 millones, la mayor parte (123 millones) ha correspondido al tercer trimestre, pese a ser un beneficio un 57,6% inferior al del mismo periodo de 2020 “por la inestabilidad de la cadena de suministro y el aumento de los precios de la energía, así como la acelerada inflación de materias primas, transporte y componentes de turbinas, que afectó gravemente la rentabilidad”, ha señalado el presidente y CEO de Vestas, Henrik Andersen.

El adiós a Viveiro coincide con los ceses de producción de las plantas de Lauchhammer (Alemania) y de Esbjerb (Dinamarca), pero no es el único que ha decidido en España en la última década: cerró Ólvega (Soria) en 2012 y Villadangos del Páramo (León) en 2018

Eso sí, los ingresos han ascendido a 11.036 millones hasta septiembre, un 4,6% más. Todo ello gracias a que el volumen de pedidos se ha situado en 9.100 millones, de los que 3.000 millones corresponden a nuevos encargos recibidos entre julio y septiembre.

Vestas mantiene la previsión anual de ingresos en entre 15.500 y 16.500 millones, pero ahora estima un margen de Ebit de cerca del 4%, desde el 5-7% anterior. “No creo que nadie se haya enfrentado antes a unos precios como estos, es un entorno muy, muy duro”, ha señalado la directora financiera, Marika Fredriksson, a Reuters, justo el día en que se conoce que dejará el cargo que ocupa desde hace nueve años en manos de Hans Martin Smith, actual director financiero para los negocios en el norte y centro de Europa, el próximo 1 de marzo. Además, Fredriksson cree que “es muy probable que esta situación (altos precios y entorno duro) continúe el próximo año, no creo que la tendencia cambie”.

No obstante, considera que “España sigue siendo un mercado clave para Vestas, con más de 4,8 GW de turbinas instaladas, 6 GW en mantenimiento y más de 2.200 empleados a fecha de agosto de 2021

Paralelamente, el fabricante de aerogeneradores danés mantiene el cierre de la planta de Chavín, en Viveiro (Lugo), y las protestas continúan en la recta final de la negociación del ERE: sólo ofrece quedarse con 20 de los 115 trabajadores en unas oficinas de mantenimiento en dicha localización o recolocaciones en otros lugares, mientras la Xunta de Galicia busca un nuevo inversor. Tras este cierre, Vestas sólo producirá en la fábrica de Daimiel (Ciudad Real), aunque tiene centros en Madrid, Granada y Zaragoza. Un adiós a Viveiro que coincide con los ceses de producción de las plantas de Lauchhammer (Alemania) y de Esbjerb (Dinamarca), pero que no es el único que ha decidido en España en la última década: cerró Ólvega (Soria) en 2012, Villadangos del Páramo (León) en 2018 y ahora Viveiro.

Vestas insiste en el cierre por la baja demanda de aerogeneradores de 2 MW y la necesidad de optimizar la fabricación de componentes para eólica marina. En Viveiro se hacían estos aerogeneradores y paneles de control de la turbina marina V164. No obstante, considera que “España sigue siendo un mercado clave para Vestas, con más de 4,8 GW de turbinas instaladas, 6 GW en mantenimiento y más de 2.200 empleados a fecha de agosto de 2021, incluyendo la fábrica de palas en Daimiel, las operaciones de mantenimiento y la sede de la región mediterránea de Vestas en Madrid”.