Como reza en la presentación corporativa de su pagina web, esta mañana -jueves 28- ha presentado sus resultados correspondientes al tercer trimestre del ejercicio el cuarto grupo bancario privado español.

La primera lectura de la presentación de resultados por parte de su consejero delegado César González-Bueno me da la impresión de un ejercicio de auto complacencia que no reconoce los posibles errores cometidos con la adquisición del TSB que a mi modo de ver ha lastrado los resultados de un banco que, en su nicho de negocio y territorio, llegó a ser un ejemplo de gestión.

Pero vamos a verlo sobre números. 370 millones de euros (M€) ha sido el beneficio neto atribuido frente a los 203M€ obtenidos en el mismo periodo del 2020. El resultado sin tener en cuenta TSB ha sido de 288M€, un 19,6% inferior al del 2020, que recogía una plusvalía neta de 293M€ por la venta de Sabadell Asset Management. El resultado del TSB es de 82M€: vuelve al resultado positivo después de los -155M€ registrados en el pasado ejercicio como consecuencia de los 170M€ destinados a dotaciones para insolvencias y 71M€ más de gastos no recurrentes.

En cuanto al negocio de clientela básico, ha registrado un incremento del 1,9%, 3.633M€ frente a los 3.546M€ del mismo periodo anterior gracias a un incremento del 6,8% en las comisiones cobradas y el leve incremento del margen de intereses por las financiaciones por los mayores ingresos gracias a las TLTRO III (subastas de liquidez del BCE para los bancos), que neutralizan la menor aportación de las carteras ALCO, compuestas, principalmente, por bonos gubernamentales, después de las ventas extraordinarias en el pasado ejercicio para equilibrar los deficientes resultados.

El margen bruto, 3.908M€, (3.095M€ sin tener en cuenta TSB) registra un crecimiento interanual del 6,9%. Y aquí vamos a ver que, por lo menos a día de hoy, si los resultados de Banc Sabadell, tal como decía en la presentación su director financiero, están en línea con los objetivos marcados en la segunda fase del plan de eficiencia: necesita de extraordinarios para conseguirlo. Y esta vez ha sido de una forma que habitualmente utilizan las entidades financieras, los ROF. Así, ha incorporado 324M€ por las plusvalías generadas por la venta de la cartera ALCO,< en el trimestre.

Los gastos de explotación han crecido un 7,1% (un 19% ex TSB) e incluyen 301M€ correspondientes a la ejecución del plan de eficiencia en España, seguramente costes por el acuerdo de reducción de plantilla. El margen antes de dotaciones ha crecido un 8,8% hasta los 1.359M€ (ex TSB registra -3,4%) debido principalmente a la recuperación del TSB en el margen básico y la reducción de sus costes de explotación respecto al pasado ejercicio.

En el negocio bancario, el crecimiento no es garantía de más rentabilidad. El Sabadell ha sido siempre un banco mediano con un nicho sólido de negocio muy concreto y con un alto índice de fidelización

Las dotaciones para insolvencias ascienden a 733M€, un 36% inferiores al pasado ejercicio, en el que se recogió el impacto COVID-19. La inversión crediticia bruta ha crecido un 4,8% interanual y alcanza los 152.438M€. El incremento ex TSB ha sido del 0,4%. Los activos problemáticos ascienden a 7.377M€ y significan un 3,7% menos que en el pasado ejercicio, con unas provisiones de 3.985M€ un 0,40 inferior al 2020. Los créditos refinanciados o reestructurados han registrado un importante crecimiento pasando de 4.566M€ el pasado 2020 a los 7.070M€ del presente ejercicio, un 35% en términos porcentuales. El ratio de morosidad se mantiene en el 3,59%.

Dentro de dotaciones y deterioros se han registrado 26M€ por el cierre de oficinas previsto y 78M€ de plusvalías, por la venta del negocio de depositaria (83M€) y -4M€ por baja de instalaciones en el cierre de oficinas.

A la vista de todas estas cifras, sigo reiterándome en mi opinión de hace ya mucho tiempo: en el negocio bancario, el crecimiento no es garantía de más rentabilidad. El Sabadell ha sido siempre un banco mediano con un nicho sólido de negocio muy concreto y con un alto índice de fidelización. El error TSB le ha costado muy caro y lo peor es que le seguirá costando enderezar el error hipotecando los resultados del resto del negocio. El otro fue el crecimiento desmesurado en busca de un mejor ranking y ahora toca cerrar sucursales, ya lleva 195, y reestructurar la plantilla, ya son 1.794 trabajadores menos, y lo más costoso: perder reputación y prestigio.

Tan solo una pincelada de ratios: el de eficiencia ha pasado del 56,28% al 56,53%, la rentabilidad, evidentemente después de pérdidas, también crece del 1,49% al 3,95% y el de solvencia CET1 fully Loaded, del 12,01% al 12,12%.