PRISA debería estudiarse en todas las escuelas de negocios como ejemplo de empresa que subsiste durante años a pesar de estar en quiebra técnica, con patrimonio neto negativo, algo inverosímil y que responde, como se pueden imaginar, a algo más que a una gestión empresarial exótica.

Dicho esto, los resultados del primer trimestre, publicados en la tarde del martes, muestran unas pérdidas de 4 millones de euros, frente al beneficio de 19 millones de marzo de 2024, tras ingresar 232 millones, un 10% menos que un año antes. Todo hay que decirlo, los resultados de 2024 estuvieron afectados positivamente por unos ingresos extraordinarios en Brasil y Portugal. Sin esos extras, la facturación en marzo 2025 sería un 2% superior a la de marzo de 2024 y, más importante aún, el ebitda, en lugar de caer un 31% habría subido un 5%, hasta los 50 millones de euros.

Vayamos por partes, como diría Jack el Destripador. PRISA Media (El País y Cadena SER) ingresó 94 millones de euros, un 3% más, pero de nada le sirvió para mejorar el ebitda, que fue de -2 millones de euros, frente al -1 millón del año anterior. Eso sí, el ebitda sin indemnizaciones fue de 1 millón positivo. Como ven, son cifras ridículas que contrastan con la abultadísima deuda, que cerró el primer trimestre -deuda financiera neta- en 664 millones de euros. Es cierto que es un 86% menos y que gran parte es a largo plazo, pero eso no quita para que sea una cifra, a todas luces, insostenible.

Luego está la joya de la corona, que sigue siendo Santillana -principalmente su negocio internacional-, y que tampoco está como para tirar cohetes. Los ingresos cayeron un 11%, hasta los 138 millones de euros y el ebitda se redujo un 17% y no superó los 50 millones. Si excluimos el impacto del negocio Brasil Público, que tuvo un impacto positivo en marzo de 2024, los ingresos habrían aumentado un 1%, hasta los 131 millones y el ebitda habría crecido un 6%, hasta los 53 millones. Lo dicho: el presidente y primer accionista del Grupo, Josep Oughourlian, va a tener muy complicado recuperar el dinero invertido en la compañía, al menos si nos atenemos exclusivamente a los números.

Cosa distinta son las cuestiones políticas.