Una eurócrata, adicta a la subvención
La unión bancaria europea tendrá que esperar todavía más, después de que los ministros de Economía de la zona Euro no llegaran a ningún acuerdo durante el último Eurogrupo, celebrado durante el miércoles 4 y jueves 5 de este mes. Nadia Calviño, sin embargo, lo vio de otra manera y aseguró sentirse “satisfecha”: “Es satisfactorio que no se estén dando pasos atrás”, aseguró durante la rueda de prensa posterior, en relación al tercer punto que está pendiente para completar la unión bancaria: el Sistema Europeo de Garantía de Depósitos (EDIS por sus siglas en inglés).
“Hace año y medio se consideraba que era un tema prácticamente tabú”, explicó Calviño, que se conforma con que el asunto esté incluido en la agenda de trabajo para los próximos meses.
El problema del Sistema Europeo de Garantía de Depósitos no es su aprobación -está creado desde hace años- sino su dotación: nadie quiere poner dinero hasta completar los 50.000 millones de euros del fondo
Lo cierto es que el problema del EDIS no es su aprobación -está creado desde hace años- sino su dotación. Ningún país quiere poner dinero, principalmente Alemania, hasta completar los 50.000 millones de euros que, se supone, tendrá el fondo. Ahora bien, el ministro de Finanzas alemán, Olaf Scholz, aseguró a principios de noviembre, que estaba dispuesto a apoyar el EDIS si iba acompañado de algunas condiciones como, por ejemplo, la eliminación de incentivos para comprar deuda soberana. En otras palabras, Calviño -y el resto de ministros- acudió a esta reunión con el problema ya desbloqueado. Ahora consiste en dotarlo.
Será difícil que la unión bancaria esté lista antes de cinco años. El EDIS implica, además, la reforma del sistema de resolución y esas son palabras mayores. En primer lugar, porque actualmente no existe uno, sino uno por cada país miembro y, en segundo lugar, porque el que se puso en práctica con el Popular -si hizo con ‘fuego’ real-, ha sido todo un fracaso.