Si hace unos días hablábamos de los Google, Facebook y compañía, este jueves tenemos que fijarnos en IBM y SAP, dos gigantes que no han podido esquivar la caída del beneficio en 2022 y que han anunciado recortes de plantilla.

En el caso de IBM hablamos de una reducción del 71% del beneficio, hasta los 1.639 millones de dólares (unos 1.500 millones de euros), por el coste de la transferencia de los planes de pensiones de unos 100.000 empleados a dos aseguradoras. En este caso, los despidos, alrededor del 1,5% de la plantilla total del grupo, se deben a la escisión de Kyndryl en 2021 y de Watson Health (2022) como empresas independientes.

Lo mismo vemos en SAP: va a despedir a 3.000 trabajadores -el 2,5% de su plantilla- tras comunicar una caída del beneficio del 56,4% en 2022, hasta los 2.290 millones de euros, por la salida de Rusia y Bielorrusia. Sea como fuere, no se ha librado, primero, de ganar un 71% menos y, segundo, de lanzar un plan ambicioso de eficiencia que implica la salida del 2,5% de la plantilla.

Está claro que el sector tecnológico ha dejado de ser seguro desde el punto de vista del mantenimiento del empleo. Ahora, uno de los más estables es el empleo bancario. Quién lo hubiera dicho hace unos pocos años.