Stéphane Richard, CEO del grupo Orange, ha sido condenado a un año de prisión y una multa de 50.000 euros por malversación de dinero público en el caso Tapie, cuando ejercía como jefe de gabinete de la entonces ministra de Finanzas, Christine Lagarde.

Tranquilos, no irá a prisión porque así lo establece la sentencia, que anula otra anterior de una instancia inferior, y que ha difundido Le Monde este miércoles. Richard, por su parte, ha adelantado ya que recurrirá la sentencia al considerar que las acusaciones “son infundadas y no se basan en ninguna prueba”.

Sea como fuere, el CEO de Orange, de 60 años, ha dejado su futuro en el aire. “Pongo mi cargo en manos del Consejo de Administración”, ha afirmado este miércoles en un comunicado. Su mandato finaliza a mediados de 2022 y no tenía previsto presentarse a la reelección. Ahora tal vez no lo termine.

Se da la circunstancia de que el Estado francés es el principal accionista de Orange, con el 22,9% del capital y de que el Gobierno galo ha mostrado en varias ocasiones su ‘recomendación’ de que los responsables de las empresas con participación pública deben dimitir si son condenados. De momento, la continuidad de Richard está en manos del Consejo de Orange, que se reunirá en las próximas horas.

Richard era el jefe de Gabinete de Christine Largarde, entonces ministra de Finanzas de Francia, cuando en 2008 un arbitraje privado fijó en 403 millones de euros la indemnización que debía pagar el Estado a Bernard Tapie por la venta de Adidas en 1993, tras haber sido confiscada, a un precio muy por debajo de su valor, según Tapie. Años después, un tribunal consideró que esa indemnización fue exagerada y ordenó a Tapie que devolviera los fondos.

Lagarde también fue condenada por negligencia años después, mientras ejercía de directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI). La condena, sin embargo, no llevaba aparejada ninguna pena.

Por cierto, la cotización de Orange apenas está notando este revés judicial y se mantiene prácticamente plana.