
Parece que Blackstone, primer fondo del mundo en infraestructuras, vuelve a las andadas. Tras varios trimestres en los que, pese a estar en números negros, reducía una y otra vez el beneficio, en el primer trimestre de 2024 consiguió multiplicarlo por diez. Pero la alegría ha durado poco porque ha anunciado un descenso del 20% en su beneficio neto atribuido durante el tercer trimestre del año 2025, registrando 539,3 millones de euros.
Baja el beneficio y de igual manera lo hacen los ingresos, facturando por 2.666 millones de euros y, marcando una disminución del 15,7%. Destacan las comisiones por gestión y asesoramiento, que sumaron 1.774 millones de euros, un incremento del 14,5%, mientras que los rendimientos de inversiones cayeron en un 50,2%, situándose en 674,4 millones de euros. Las comisiones de incentivos y los intereses y dividendos reportaron 173,2 millones de euros y 92,8 millones de euros, respectivamente, experimentando variaciones del 4,6% y -2,1%. Los principales de inversión mostraron un saldo negativo de 74,2 millones de euros, una reducción del 7,9%, y otros conceptos aportaron 24,8 millones de euros.
Por el lado de los costes, alcanzaron 1.511 millones de euros, lo que supone una reducción del 7,6%, En el acumulado del año, Blackstone reportó un beneficio de 1.729 millones de euros y ingresos por 8.707 millones de euros, con descensos del 3,3% y 0,6%, respectivamente.
Según se desprende de las cuentas, Blackstone mantiene una cifra de "pólvora seca" de 162.325 millones de euros, lista para ser invertida. El fondo no ha aclarado dónde podría invertir esa cifra, algo ya habitual en Blackstone, que siempre tiene a bien en su cuenta de resultados recordar la cantidad de millones que tiene para invertir pero ahí se queda, en un recordatorio. Con esa "pólvora seca" podría comprar -y le sobraría dinero- todas las socimis y constructoras de la bolsa española. No lo hará, naturalmente. En 2023, alrededor del 70% de sus inversiones fueron en EEUU, el 20% en Europa y el 10% restante, en Asia.
La gestora de fondos con un negocio diversificado (inmobiliario, capital riesgo, fondos de crédito y deuda, y fondos de inversión alternativa) aterrizó en 2003 en España, donde se hizo con la conservera murciana Miguel Vivancos (Mivisa). Diez años después, Blackstone decidió poner el foco en el mercado inmobiliario de nuestro país, donde ha protagonizado varias operaciones, entre ellas: compró Hispania, los activos logísticos de Lar España, la sede del Grupo Planeta, una de sus socimis (Fidere) adquirió 5.315 inmuebles a la Empresa Municipal de Vivienda y suelo (EMVS) del Ayuntamiento de Madrid siendo Ana Botella alcaldesa y generando una gran crítica contra los fondos buitre, y también se ha hecho con parte de las carteras inmobiliarias de distintos bancos. Además, la sede de Atresmedia la compró recientemente Amancio Ortega, por lo que la presencia y el interés de Blackstone por el suelo español cada vez es menor.
Ahora están más atentos al juego, hasta que cambien de idea.












