En Moncloa saben que Juan Español está cada vez más cabreado con el Gobierno y su gestión frente al coronavirus, e insisten: al pueblo hay que darle circo, mucho circo, es decir, fútbol. Pero no cualquier fútbol: hay que darle partidos de los equipos top, esto es, de los que juegan las competiciones europeas.

Pero hay un pequeño detalle: Telefónica, tenedora de los derechos televisivos del deporte rey, se ha plantado. La compañía que preside José María Álvarez-Pallete no está dispuesta a regalar algo por lo que pagó 2.400 millones de euros en 2016. Ojo, hablamos sólo de la presente temporada -el Ejecutivo no quiere dar por zanjada la competición-, porque los derechos del próximo trienio (2019-2022), le costaron a Telefónica 3.400 millones de euros.

Así las cosas, la respuesta dada al Gobierno Sánchez ha sido clara y rotunda: si quieres fútbol en abierto, págamelo.

Relacionado

Como se pueden imaginar, en Moncloa no contemplan hacer tal cosa, al menos con dinero contante y sonante. El Gobierno maneja otras alternativas como, por ejemplo, conceder un crédito fiscal a la operadora. Una solución imaginativa que estarían dispuestos a analizar en el Distrito C, siempre y cuando ese crédito fiscal se pague ahora en su totalidad manifiesta y no en cómodos plazos para el Ejecutivo.

Tampoco le serviría de nada a Telefónica alargar un año el contrato por el que ha pagado 3.400 millones a La Liga, porque la crisis económica provocada por el confinamiento será de dimensiones desconocidas hasta ahora y afectará, sin duda, a los aficionados, que dejarán de pagar por ver a su equipo de toda la vida.

Moncloa presiona y Telefónica responde. Otra baza que maneja el Gobierno es aún mejor: entrar en el capital de Telefónica. Una pega: los fondos podrían marcharse y provocar una caída histórica de la cotización, ya de por sí muy castigada. ¿Disuaría eso a Pedro Sánchez y a Pablo Iglesias de ‘nacionalizar’ Telefónica? Mucho me temo que no… por el bien del pueblo.