El presidente de Telefónica, José María Álvarez Pallete, ha encontrado su objetivo máximo en Brasil. El martes, Pallete era recibido por una representación al más alto nivel: el presidente Jair Bolsonaro, su ministro de Economía, todopoderoso Paulo Guedes, el titular de Innovación -el astronauta- Marcos Pontes y el senador Flavio Bolsonaro, hijo del presidente.

Es verdad que Pallete solicitó a Bolsonaro que retirara las trabas legales que aún soporta la filial de Telefónica en Brasil, Vivo, pero lo cierto es que en Telefónica comentan que se mantienen, incluso podrían aumentar, las inversiones previstas en fibra óptica en Brasil hasta 2022, para construir la mayor red de fibra de todo Iberoamérica, a razón de una inversión anual de 9.000 millones de reales/año, unos 2.000 millones de euros al cambio actual.

El objetivo es crear en Brasil la red de fibra más importante de toda Iberoamérica: y lo va a ser más

Eso significa móvil, el negocio actual, pero también datos, es decir, lo que más le interesa al Gobierno de Brasilia. El modelo de extensión de fibra es España y se pretende crear la mayor red de fibra de toda Hispanoamérica, siempre bajo la marca Vivo.

Pero lo más sintomático es que mientras Pallete se entrevistaba con Bolsonaro en Brasilia, en Madrid, distrito C, fuentes de la compañía aseguraban a Hispanidad que en la Corporación consideraban a Brasil un país comercialmente más estable, es decir, con una regulación mucho más lógica y predecible, que Europa. Y no olvidemos que los otros tres puntales de Telefónica son España, Reino Unido y Alemania.

Lo que quiere decir dos cosas:

  1. Que en Europa compiten decenas de empresas en territorios más estrechos que el brasileño, y eso es bueno para el cliente a corto plazo, pero no a largo (no se invierte en red, en un mundo donde esa inversión ha pasado a ser privada, no pública).
  2. En Telefónica se fían más de Bolsonaro que de la regulación española y comunitaria.

Eso sí, las relaciones entre Bolsonaro y Sánchez no mejoran. En Brasil no entienden que la TV pública española siga hablando del ‘ultra’ Bolsonaro

Y sí: sobre la reunión siguió latiendo un excelente ambiente, sólo enturbiado por la no tan excelente relación entre los gobiernos de España y Brasil. En la TV púbica española, la de Rosa María Mateo, Bolsonaro sigue siendo un “ultra”, y su Gobierno objeto de burla permanente. 

Es más, al presidente de Telefónica le ha recibido la mayor representación posible del Estado brasileño. A la toma de posesión del ultraderechista Jair Bolsonaro, el Gobierno Sánchez envió al secretario de Estado de Cooperación internacional y tuvo que ser la popular Ana Pastor, todavía presidente del Congreso, quien cubriera, con un mínimo de decoro, la representación española.

A la toma de posesión del presidente de la primera potencia iberoamericana siempre ha acudido SM El Rey y, si fuera pertinente, el presidente del Gobierno. Aquí, no: Jair es un ultra.