Conte y Sánchez, el italiano y el español son dos seres preñados de historia y de una cierta cursilería. En su rueda de prensa Sánchez compara el postcoronavirus con la II Guerra Mundial. Conte asegura que, si no reciben ayuda de la Europa central, no habrá Europa, “no habrá mercado común”. Es decir, el vivo retrato de dos pedigüeños genuflexos ante Bruselas que, en lugar de pensar en la reindustrialización de España quieren donaciones europeas para pagar ingresos mínimos vitales y una deuda pública impagable.

Sánchez en efecto, jamás quiso pactar con el PP

Al tiempo, Sánchez aprovecha para repetir que está dispuesto a que la oposición aplauda sus políticas, que serán por el bien del país: recuperación sin unidad no es posible… pero con la derecha jamás. Tiene razón Casado: Sánchez en efecto, jamás quiso pactar con el PP. A pesar de la caída de Podemos y del ascenso del PP, a pesar de que toda Europa le inclinaba hacia un pacto a la alemana, entre los dos grandes partidos, Sánchez prefirió pactar con los comunistas y con los separatistas, los mismos que le habían hecho ganar la moción de censura.

Mientras, en el Europarlamento, Merkel se despide en su línea: es la gran europeísta dispuesta a donar medio billón de euros. Y esto, entre todos los ricos. Una cifra impresionante por la que suspiran Conte y Sánchez… que no deja de ser la misma que sólo Berlín, esta dispuesta a emplear en apoyo de las empresas alemanas.

Por eso, le llaman europeísta. Naturalmente, necesita que la Unión Europea siga existiendo para que todos los miembros compren los productos alemanes.